El aeropuerto civil de Grosseto retoma su actividad después de aproximadamente siete meses de un cierre forzoso que comenzó el 13 de noviembre y provocado por el inicio de las obras de repavimentación de la pista. Fueron obras complejas, como retirada de la franja asfáltica agotada, revisión y adecuación de los subservicios y posterior nueva bituminización, y gracias a la eficacia demostrada por los Ingenieros Militares, las obras se finalizaron con mucha antelación y las pruebas ( tanto en tierra como en vuelo) se completaron en un tiempo récord. Seam anticipó la reapertura del aeropuerto que volvió a estar activo ayer, con gran satisfacción por parte de los clientes habituales que han seguido constantemente el progreso de las obras, de los empleados que han visto reducido el período de despido y de los propios administradores, que con el ” recuperación” del mes de julio, pueden mirar los resultados del presente ejercicio con una nueva serenidad.
Mientras tanto, la junta de accionistas aprobó los estados financieros. Si 2022 se había definido (con razón) como un año para “enmarcar” – un beneficio después de impuestos de casi 280 mil euros – 2023 no fue diferente: el valor de la producción (1.301.739,00 euros) disminuyó alrededor de 200 mil euros, pero el año anterior se había beneficiado de los ingresos extraordinarios derivados de los reembolsos de Covid y de un evento particular (la presentación de un nuevo modelo de coche por parte de Skoda). La gestión ordinaria, de hecho, alcanzó los 1.227.609 euros, pero en la comparación con el año anterior -148 mil euros menos que se reducen a poco más de 81 mil después de impuestos- hay que tener en cuenta el cierre anticipado del 13 de noviembre, un mes y y media antes del cierre canónico del ejercicio, con el consiguiente compromiso de los flujos de tráfico adyacentes a las vacaciones de Navidad. En definitiva, un nuevo ejercicio (aún) por “enmarcar”.
