El cuerpo sin vida del joven de 15 años, de origen extranjero, fue encontrado el domingo por la noche tirado en un macizo de flores en el parque Baden Powell en Via Raffello, justo en el centro. Según los primeros hallazgos policiales, recibió una única puñalada en el abdomen. Un hecho ocurrido unas horas antes, sobre las 18.00 horas, cuando el espacio verde que discurre junto a la vía del ferrocarril, rodeado por los edificios del barrio residencial, suele estar abarrotado, sobre todo los días festivos. Por tanto, es imposible que nadie lo haya visto. Dos menores, de 15 y 16 años, fueron detenidos para las investigaciones.
La primera hipótesis es que el adolescente formara parte de una de las pequeñas bandas que en la ciudad se destacan desde hace tiempo por pequeños robos, ataques “descarados” a plena luz del día (incluso por el simple hecho de negarse a fumar un cigarrillo), y que en lugares como Baden Powell tiene a menudo su sede en Pescara. Por lo tanto, el joven de quince años podría haber pagado con su vida un error, o podría haberse llevado la peor parte al final de una discusión.
Según los investigadores, de todos modos las horas del atacante estaban contadas. Cerca de la escena del crimen se habría encontrado un cuchillo de gran tamaño, arma con la que el niño habría sido golpeado, aparentemente solo una vez pero fatalmente. Un detalle que, sin embargo, no ha encontrado confirmación oficial.
El parque y sus alrededores son monitoreados por cámaras instaladas por el Municipio en todas las áreas verdes de la ciudad, lo que podría aportar elementos de gran utilidad para las investigaciones. La policía también comenzó a buscar posibles testigos y comenzó a peinar los ambientes frecuentados por el adolescente en busca de otras pistas útiles sobre el brutal crimen que conmocionó a la ciudad.
