RÍMINI. Mucílago en el alto Adriático, el experto atenúa la tensión: «Que no cunda el pánico, necesitamos tiempo para evaluar el fenómeno». Desde hace días las aguas de la Riviera se tiñen del inconfundible color marrón que denota la presencia de algas. Algunos habitantes de Bellaria, aficionados a la pesca, que zarparon ayer en un barco de recreo informaron que “a 400 metros del puerto de Rímini y hasta 6 metros de profundidad, el mar estaba compuesto por una alfombra viscosa de mucílago que apenas afloraba a la superficie”. Contactada, Simone D’Acunzo, directora de Cestha (centro experimental para la protección del hábitat) en Marina di Ravenna, echa agua al fuego. «Es – comienza – un fenómeno natural dada la conformación del Adriático, que es un mar cerrado con aguas poco profundas». Un mar, continúa, que sufre «los aportes procedentes de las aguas dulces de los ríos que atraviesan el valle del Po». Aportes, señala además el experto, que por un lado constituyen una riqueza “dado el sustrato de plancton que generan” pero que, por otro, sin embargo, pueden dar lugar a la formación de mucílago. ¿Las causas? «Un elevado suministro de sustancias orgánicas, el aumento repentino de la temperatura junto con la prolongación de las condiciones de alta presión, así como otros factores, que no siempre se conocen».
Aunque el mucílago “es desagradable y puede causar problemas a la vida marina, las marejadas ciclónicas pueden contribuir a su dilución”. Sin embargo, es difícil calcular el alcance exacto del fenómeno en curso, dado que se necesitan días para evaluarlo en sinergia con los organismos pertinentes, como Arpae.
