El homenaje a Adriano Aprà entre anécdotas y recuerdos


PÉSARO – Se abre con Rossellini visto por Rossellini el homenaje que el Festival Internacional de Cine de Pesaro dedicó a Adriano Apràcrítico e intelectual, director del Festival durante nueve años, fallecido en abril de 2024. El documental, revivido en la restauración llevada a cabo por Cinecittàes un ejemplo de crito-película, videoensayos con los que Aprà reveló el cine y sus protagonistas a través del lenguaje de las imágenes. Rossellini fue uno de sus mitos, como él un apasionado del futuro, de las nuevas tecnologías; siempre exaltado por lo que aún no es. “Recuerdo haber visto esta película en cámara lenta, en Cinecittà, cuando todavía estaba un rato con Adriano: una visión deslumbrante”, dice su esposa Stefania Parigientre los numerosos invitados – amigos y compañeros de vida y de trabajo – invitados a recordar en el Festival al crítico e historiador de cine que llevó su firma durante años.

“En Pesaro tuvo una presencia muy fuerte, una casa desde la que partía en sus viajes para descubrir un cine nuevo y experimental. Desde hace algunos años también realiza estas exploraciones en la red. Siempre tuvo fe en las nuevas tecnologías, que exploraba con un deseo que nunca fallaba.” Sin embargo, su última película crítica, dedicada a Carl Theodor Dreyer. “Fueron proyectos que llevó a cabo incansablemente, con energía juvenil – continúa su esposa -, comunicando con entusiasmo roselliniano”.

El último texto que escribió se publicó pocos días después de su muerte. Este es el prefacio de fresas y sangreun volumen sobre el Nuevo Hollywood –al que Aprà dedicó un repaso histórico durante la 15ª edición del Festival de Pesaro– editado por Patrizia Pistagnesi Y Claver Salizzato, llamó a su vez para recordar a su maestro. “Odiaba esa palabra, maestro, y por eso realmente lo era” comenta el Profesor Bruno De Marino. Las numerosas anécdotas hablan de un hombre estimado, al que una joven generación de cinéfilos, entre los años 80 y 90, se acercó con reverencia y un poco de miedo, descubriendo en cambio una fuente generosa y atenta, siempre dedicada al cine “fuera de norma”.

“Tomó decisiones radicales – continúa De Marino – y siempre hubo alguien que quiso devolverlo a la realidad. Pero él era así: no iba en contra del público, sus gustos eran esos. Y la idea y el modelo de su Festival de Pesaro permanecerán para siempre”. Invitado de la exposición en los últimos días de la Semana Coreana, Lee Seung Jin, director de la división cinematográfica del Busan Cinema Center, recordó cómo el Festival de Busan nació precisamente “sobre el modelo Aprà”, propuesto por la crítica a mediados de los años 90 y que se ha convertido en un símbolo de riqueza y de investigación.

“Era un espíritu oriental”, reflexiona Federico Rossin. “Dio definiciones que lo contenían todo. No fue un oráculo, fue preciso. Creo que él nunca fue víctima de las tendencias, fue él quien dictó la ley del presente. No persiguió a los barones, a los sinvergüenzas, a los italianos, que en realidad lo odiaban”.

Para Mauro Santinicineasta convocado por Aprà para el proyecto FuoriNorma, nacido en Pesaro en 2016, Aprà fue en cambio un ejemplo de honestidad intelectual. “En Turín vio una de mis películas y no quedó convencido. Luego, 10 años después, me llamó para FuoriNorma y eligió ese título, disculpándose por no haberlo entendido de inmediato. Él era así, una persona que sabía cambiar de opinión e incluso criticarse a sí mismo”.

En Apra, Fulvio Baglivi También se inauguró el volumen 88 de la serie Quaderni della Mostra Internazionale del Nuovo Cinema, publicado por Marsilio. “El primer ensayo de la serie dedicado a alguien, y es bonito que esté dedicado a él”, comenta el director de la exposición Pedro Armócida.

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