un golpe al corazón de la comunidad

La eliminación del histórico espacio de encuentro despierta indignación y pesar entre la ciudadanía

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Lo que nos une a nuestro país, lo que nos da sentido de pertenencia e identidad, es sin duda el lugar donde nacimos y crecimos.

Serrastretta, para muchos de sus habitantes, representa estas raíces: el lugar donde estudiaron, donde se besaron por primera vez, donde se encontraron y se encuentran los amigos, donde vive la familia. Éstas son las piedras angulares de una identidad que forma un vínculo inquebrantable entre una persona y su país.

Esta mañana, sin embargo, Serrastretta amaneció con una herida profunda. La plaza central de la ciudad, la querida Piazza Pitagora, ha visto la demolición del “sieggio”, el espacio histórico que ha representado un lugar de encuentro, amor y debate para generaciones de ciudadanos.

“Es como si me hubieran arrancado una parte de mi corazón”, dice conmovido Ubaldo Fazio, un vecino que ha vivido en Serrastretta toda su vida.

“En ese ‘asiento’ di mi primer beso, pasé tardes interminables charlando con amigos y hablé de política y de la vida”.

La demolición del “sieggio” provocó un profundo descontento entre los habitantes de la localidad. Muchos se encontraron reflexionando amargamente sobre cómo se está borrando su pasado para dejar espacio a lo nuevo, para transformar Serrastretta en una “ciudad hotelera”. Esta operación, percibida como una erradicación de la memoria colectiva, está creando un vacío insalvable en la historia del país.

“Es como si estuvieran arrasando con aquello a lo que siempre hemos pertenecido profundamente”, declara con pesar María, otra residente histórica de la ciudad.

“Están borrando irreversiblemente la tradición de un pueblo, sus memorias y su identidad”.

El enfado y el pesar son palpables entre los habitantes, que ven en este derribo no sólo la pérdida de un lugar físico, sino también la eliminación de una parte importante de su historia y cultura. Piazza Pitagora, con su “sieggio”, era mucho más que un simple espacio arquitectónico; era el símbolo de una comunidad viva y cohesionada.

La decisión de eliminar el “asiento” para dar cabida a nuevas instalaciones turísticas es vista por muchos como una traición a las raíces mismas del país. En una era en la que el turismo suele considerarse un recurso económico indispensable, el desafío es encontrar un equilibrio entre el desarrollo y la preservación de las tradiciones locales.

Los habitantes de Serrastretta esperan que esta pérdida sirva de advertencia para que en el futuro se pueda dar mayor importancia a la preservación del patrimonio cultural y social de la ciudad. Sólo así será posible mantener vivo el vínculo indisoluble que une a cada ciudadano con su lugar de pertenencia.

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