El obispo de Caserta escribió a Biden para salvar a los trabajadores de Marcianise

El obispo de Caserta escribió a Biden para salvar a los trabajadores de Marcianise
El obispo de Caserta escribió a Biden para salvar a los trabajadores de Marcianise

El gran proceso global de relocalización, que está devolviendo a las empresas a su país de origen, también tiene sus víctimas: los trabajadores. Entre ellos se encuentran los 420 empleados de la planta de Jabil en Marcianise, en la provincia de Caserta, donde se producen circuitos y componentes electrónicos. La multinacional con sede en Estados Unidos, país que más que ningún otro ha promovido el regreso de la producción a la patria, ha reiterado en los últimos días lo que ya había anunciado cerca del 1 de mayo: el cierre de la planta de Marcianise. El hecho de que la empresa, que cuenta con más de 250.000 empleados en todo el mundo, no haya dado ninguna explicación concreta sobre por qué decidió cerrar su única planta italiana, aparte de hablar de su propia estrategia empresarial global, ha convencido a los trabajadores y sindicatos de que la base De todo es precisamente el mecanismo de deslocalización de empresas made in USA impulsado por el gobierno federal americano. Lo que afecta especialmente a algunos sectores estratégicos de la economía estadounidense, incluido el de circuitos y componentes electrónicos en los que opera Jabil.

El obispo de Caserta, Pietro Lagnese, escribió en los últimos días una carta al presidente estadounidense, Joe Biden, que hizo entregar al embajador de Estados Unidos en Italia, mientras Biden estaba ocupado en la reunión del G7 celebrada en Apulia estos últimos días. «Jabil – escribe Lagnese al presidente americano – no es una empresa deficitaria ni poco innovadora: produce estaciones de carga para los coches eléctricos, los coches del presente y del futuro; Los sistemas de control ferroviario en el mercado de la alta velocidad, los trenes del presente y del futuro. Y mucho más. Por lo tanto, no hay razones económicas o de producción que motiven este traslado, sino que, explican los trabajadores, se trata de una estrategia geopolítica de los Estados Unidos para traer de vuelta a América empresas innovadoras.” El obispo de Caserta pide a Biden «un pequeño milagro secular: interviene para defender estos puestos de trabajo en Italia, en Marcianise. Pídale a Jabil que encuentre una solución alternativa, nuevas producciones”.

El jueves pasado, Fiom, Fim y Uilm promovieron una huelga de los metalúrgicos en toda la zona de Caserta que terminó con una manifestación de los secretarios generales de los tres grupos, Michele De Palma, Ferdinando Uliano y Rocco Palombella. Los sindicatos reiteraron el claro “no” de los trabajadores de Jabil a una nueva deslocalización, dado el fracaso de las anteriores, que llevaron a unas 250 personas del centro de Marcianise a otros de la zona. En total, aproximadamente 500 empleados de Jabil han abandonado la planta entre 2015 y hoy. Los 420 restantes también rechazaron la renovación del fondo de despido que les mantenía hasta el 31 de mayo, propuesta por la multinacional. El domingo la multinacional anunció la decisión de imponer vacaciones a todos los trabajadores. La distancia entre Jabil, que quiere cerrar la planta de Marcianise, y los trabajadores, que rechazan cualquier alternativa, es cada vez mayor.

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