Manfredonia. “Adiós Maestro, vuela libre hacia el Paraíso donde por fin podrás volver a abrazar a Vittorio y Giacomo”

editado por Marialucia Rinaldi para StatoQuotidiano.it

El 15 de junio de 2024 falleció la maestra Scarano Michelina, nacida en 1937, llamada maestra Lina por todos sus alumnos y sus personas más cercanas.
Pilar de la escuela De Sanctis de Manfredonia, junto con otros compañeros que operaron entre los años 70 y 2000, formó a generaciones de niñas y niños que le estarán agradecidos de por vida. Fueron años maravillosos en los que, a pesar de existir la figura del profesor único, se trabajaba en colaboración entre compañeros con un único objetivo: el de poder ofrecer a sus alumnos múltiples herramientas y perspectivas.

Es imposible olvidarla, es imposible olvidar sus enseñanzas que no sólo fueron meramente didácticas, sino también y sobre todo encaminadas a hacer de sus alumnos hombres y mujeres fuertes del futuro, conscientes y capaces de hacer buen discernimiento. Estoy segura que la extrañará todo aquel que tuvo el honor y la fortuna de conocerla en su vida, más aún sus alumnos que la quisieron como a una madre y de quienes nunca se alejaron si es cierto que la más bella Los recuerdos viven en el corazón de cada uno de nosotros.

Hay vínculos indisolubles, esos que ni siquiera la muerte puede romper. Son momentos tristes donde los maravillosos recuerdos que la vida nos ha regalado hacen espacio.
El amor, la alegría de estar juntos y compartir etapas y metas.. ¿Quién olvidará las tardes que pasamos contigo en la casa de Via Torre dell’ Astrologo, en el salón o en la terraza donde Vittorio nos mostró tus tortugas y nos enseñó las maravillas de las matemáticas? Y tú, maestra Lina, siempre dispuesta a estrecharnos en un fuerte abrazo, porque tu amor por nosotros no cesó con el toque de la campana: vivimos en tu corazón y esto es lo que aprendí de ti, residen las personas que amamos. dentro de nosotros cada momento de nuestra vida. Aún recuerdo tu alegría cuando nació Silvia y tu orgullo el día de la presentación de mi primer libro. Y luego las largas charlas en la nueva casa de Via delle Cisterne.

Cuando era pequeña y llegaba a casa después del colegio jugaba a ser profesora Lina.
Agrupé todos los muñecos en un círculo grande como el que hacíamos en la escuela y les conté las historias escritas en mis libros de cuentos, luego me acerqué al pizarrón que me había regalado papá y comencé a replicar con tiza todo lo que habíamos escrito en clase.

Me encantaba el dictado silencioso: una herramienta indispensable y preciosa para aprender a escribir correctamente y estimular la memoria.
Fueron 5 años maravillosos y llenos de enseñanzas, que me hicieron quien soy hoy. El teatro, los decorados hábilmente diseñados y creados por Vittorio, los temas de vanguardia como el racismo, el respeto por los demás y la naturaleza, la experiencia que tuvo en Bari apenas en segundo grado para un concurso, las bandas sonoras profundamente morales que con habilidad insertado en nuestros espectáculos.

Recuerdo nuestra primera actuación navideña donde Jesús fue recibido no sólo por los pastores y los angelitos sino también por todos los animales de la creación. Máscaras con colores vistosos y brillantes diseñadas y creadas por ti y Vittorio. Nos enseñaste a volar, a creer en nuestros sueños y hacerlos tangibles. Y yo, que tanto he aprendido de ti, he creado uno propio. ¡Cuánto te hubiera gustado, estoy segura!

El amor por la lectura es otro don tuyo, en particular para Carlo Lorenzini (alias Collodi), como te gustaba repetir en voz alta, para Gianni Rodari, Manzoni, Dante Alighieri. Estábamos entre los años 80 y 90 y más precisamente en el quinquenio 1988-1993 y ustedes estaban muy adelantados en haber sembrado para el presente y para el futuro, permitiéndonos germinar primero, para luego florecer y luego poder cosechar. grandes frutos. Gracias de parte de cada uno de nosotros.
Gracias desde el fondo de mi corazón. Nunca olvidaré tu amor. No olvidaré tu aroma y tus abrazos.

El último en mayo de 2021, cuando hablé contigo y con Giacomo durante horas y tú, que conocías mi alma a pesar de mi sonrisa habitual, entendiste que algo me entristecía (los recuerdos vinculados a los últimos días pasados ​​con mi madre) sólo por una madre. A ella, a quien nada se le escapa, se le otorga este privilegio, porque para mí y para todos mis compañeros fuiste una gran madre: ¿cuántas veces en el colegio te llamamos así? Cuántas horas, días y años hemos pasado juntos…

Ahora eres esencia y más aún podrás permanecer cerca de nosotros como te encantaba hacerlo. Adiós maestro, vuela libre hacia el Paraíso donde por fin podrás volver a abrazar a Vittorio y Giacomo.. Os imagino así: juntos y felices. Siempre tuyo.

Marialucia Rinaldi, Manfredonia, 17 de junio de 2024

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