Terremoto en Nápoles, escuelas seguras «Después de pasar las pruebas, hoy volvemos a clases»

Terremoto en Nápoles, escuelas seguras «Después de pasar las pruebas, hoy volvemos a clases»
Terremoto en Nápoles, escuelas seguras «Después de pasar las pruebas, hoy volvemos a clases»

«Mañana (hoy ed.) reabren las escuelas, los niños que pensaban que estaban de fiesta deben saber que van a la escuela» advierte el alcalde Gaetano Manfredel. Detrás del gran escritorio de la sala del consejo del Palazzo San Giacomo está el alcalde que “advirtió” a los estudiantes y el concejal de Infraestructuras Edoardo Cosenza.

Ambos son ingenieros estructurales, lo que significa que estudian los terremotos y, sobre todo, evalúan la solidez de los edificios después de los temblores. Una imagen del mapa del miedo se proyecta a su derecha. – el del bradisismo – donde los límites están trazados con 3 colores: la zona amarilla es la del cráter con Pozzuoli en el centro, luego está la zona azul que es la banda que cubre un pedazo de Nápoles, la que escucha el oleadas de sobresaltos.

Luego los bordes dibujados con el color rojo para resaltar el 95% de Nápoles donde el bradisismo no llega. Manfredi parte de las escuelas para explicar que en Nápoles el riesgo es casi nulo – en comparación con el bradisismo – una certeza que sin embargo ha provocado una paradoja: ¿por qué entonces cerrar las escuelas de noveno y décimo Municipioo de Bagnoli, Fuorigrotta, Soccavo y Pianura? En Facebook y en los chats entre padres se observa que ha habido familias que se encontraron con un niño que iba al colegio y otro que no, a pesar de que el colegio lindaba con los barrios donde estaban cerradas las aulas.

El fondo es que en el caos de miedo que se generó un lunes donde se produjo el terremoto más fuerte de los últimos 40 años, el Municipio decidió cerrar aquellas escuelas aledañas a la zona del cráter por precaución: «Una decisión – explica Manfredi que surge porque no hay alarmismo ni especulación. Debemos garantizar la normalidad de la vida en condiciones de seguridad: si hay preocupaciones remotas, intervenimos; en caso contrario, la institución debe garantizar la normalidad”. En esencia, no era necesario -éste fue el razonamiento- cerrar todas las escuelas. Una medida así habría generado alarmismo.

En este contexto Manfredi y Cosenza fueron a la escuela Madonna Assunta «la más cercana a la zona del cráter en el límite con Pozzuoli y encontramos que ni un libro se ha movido y todo está en orden.” La inspección de Manfredi se parecía más a la de un ingeniero que a la de un alcalde. Una especie de prueba de campo para estar seguros de que el bradiseísmo no causó daños a las escuelas, ni siquiera a las cercanas al cráter. A prueba lo que, por supuesto, se ha hecho -de hecho, todavía se está llevando a cabo- en todos los edificios de la ciudad. Los bomberos y socorristas operan Protección civil. «En los edificios públicos – explica Manfredi – No hemos recibido comentarios negativos e incluso en el ámbito privado vamos en esta dirección. Por eso hoy las escuelas vuelven a abrir, hemos completado los controles”.

No es casualidad que el boletín llegara rápido. Palacio de San Giacomo: «Los distintos poderes de la administración municipal – leemos – han emprendido una intervención masiva de control en todas las estructuras públicas de la llamada zona de interés, empezando por las escuelas, tanto las de competencia municipal como las de la ciudad metropolitana. Hasta el momento no se han detectado daños significativos. No hay daños al también Estadio Maradona y la Mostra d’Oltremarelos cuales fueron revisados ​​inmediatamente.”

El boletín continúa entonces: «Los datos que nos llegan del INGV -acrónimo de Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología- dicen que no hay señales de un cambio de tendencia en estos meses, ni tampoco en los indicadores. del levantamiento del suelo ni en los indicadores geoquímicos y esto es muy positivo”. Palabras de nuevo al alcalde: «Ahora también nos estamos organizando para crear una posible zona de acogida para aquellos que tienen miedo de quedarse en casa y quiere pasar la noche afuera. Esta es una fase que puede durar meses por lo que la cuestión es por un lado gestionar la seguridad de los edificios y hasta la fecha no hemos detectado ningún daño significativo, por otro lado convivir con este fenómeno intentando mantener la normalidad. Todas nuestras estructuras técnicas están operativas las 24 horas del día.”

Hoy, por tanto, los alumnos de la escuela deberían convertirse en el símbolo de la normalidad a la que se refiere el alcalde. Donde – esencialmente – el miedo es legítimo porque ante un terremoto tan fuerte no se puede evitar tenerlo, pero hay que mirar hacia el futuro – en lo que respecta a Nápoles porque en Pozzuoli el escenario es completamente diferente – con relativa tranquilidad. En Nápoles, se observan especialmente las famosas cornisas, las que están enredadas con redes verdes y las que no lo están. Y siempre en referencia a las escuelas, porque los edificios son todos viejos aunque todavía de constitución sana y robusta, pero necesitan cuidados. Y las cornisas son la parte más frágil y peligrosa para la salud pública. En un pasado no muy lejano – desde vía Duomo hasta vía Toledo – las cornisas provocaron la muerte de dos personas. Y las heridas de muchos otros, de ahí la máxima alerta posible.

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