Maurizio Cattelan y su lagarto en el Baptisterio de Cremona

El protagonista de la Semana del Arte de Cremona, en su segunda edición, es el cocodrilo Ego disecado en el Baptisterio de la Catedral. Interés y cierta controversia. En el evento, dirigido por Rossella Farinotti, participaron 19 artistas

Al principio (bueno, fue apenas el año pasado) era un cocodrilo colgado con las fauces hacia arriba bajo la cúpula del Baptisterio de la Catedral, en el corazón histórico de la ciudad: tres metros y medio espécimen disecado (Ego, el nombre) que apareció por primera vez en una exposición en Oxford en 2019 pero del que posteriormente se perdió rastro. Entonces, aquí viene de nuevo la bestia de Cattelan (Maurizio)en el valle del Bajo Po, como protagonista indiscutible de la Semana del Arte de Cremona, una nueva y ya exitosa declinación de esta tendencia “difusionista” imperante según la cual obras, instalaciones y espectáculos se desbordan por todas partes, en edificios históricos, plazas, iglesias, lugares en desuso y espacios privados, “reactivados” y redescubiertos en su feliz caminar por multitudes de visitantes. armados con mapas y punteras; modelo forjado en Milán – generador automático de semanas temáticas – y por tanto desembarcó también en la provincia, para evidente satisfacción de los “stakeholders” locales. También es muy milanesa Rossella Farinotti, la directora del evento que acaba de llegar a su segunda edición: invitados, 19 artistas – Italianos y extranjeros – que se inspiraron en el patrimonio histórico-urbanístico de la ciudad (27 direcciones implicadas, el doble que en el debut) para desarrollar y exponer (del 18 al 26 de mayo) sus proyectos.

Hija de Farinotti (Pino) ​​​​que dio su nombre a un famoso diccionario cinematográfico -del que es coautora-, de la comisaria Rossella (la mejor de 2023, según L’Espresso) y de la irreverente megaestrella de Padua la conoció cuando él trabajaba como asistente del concejal de Cultura del Palacio Marino (era Massimiliano Finazzer Flory, alcaldesa Letizia Moratti) y jugueteaba con AMOR, el dedo corazón de mármol de Carrara colocado en 2010 frente a la sede de la Bolsa en Piazza degli Affari. El reptil extragrande de Maurizio Cattelan en el Baptisterio (con polémicas circundantes predecibles, pero muy pocas cosas) fue el golpe de teatroel “pivote” – dicen aquí – que trajo consigo todo lo demás en esta iniciativa surgida de una idea del artista Ettore Favini (nacido a la sombra de Torrazzo en 1974) y de Luca Burgazziconcejal de Cultura y cumplirá 34 años el 11 de junio, un par de días después de las elecciones que decidirán el destino de la administración (permanece en el campo postulándose por el Partido Demócrata).

“El viento nacional no ayuda, aunque aquí, salvo un breve paréntesis, siempre ha ganado la centroizquierda”, afirma Burgazzi mientras nos acompaña por las salas del Ayuntamiento, donde algunos artistas deambulan en silencio mostrando unas inquietantes mandíbulas, esta vez plateadas: “Se llaman ‘Colmillos Frágiles’, unos caninos que crecen sin control para significar los impulsos mantenidos ocultos hasta ahora”, explica la autora, Lucia Cristiani, también en la parrilla de los artistas elegidos por Farinotti con la coordinación de CFAgency (por Stefano Pirovano, otro profesional milanés) y la ayuda del mencionado Favini y de otro “local”, concretamente Leonardo Caldonazzo, joven animador de la galería Il Triangolo. Sólo por nombrar algunos, mencionamos a: Emma Talbot, Patrick Tuttofuoco, Jeremy Deller (ganador del Premio Turner en 2004) y Claire Fontaine, el dúo de “Foreigners Everywhere” traducido a los idiomas del mundo, del que Adriano Pedrosa se llevó el título de la Bienal de Venecia de este año. En el patio de la Universidad Católica colocaron una de sus ya clásicas luces de neón con el lema muy inclusivo “Liber* Tutt*”.

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