Multas de hasta 500 euros para quienes ofrezcan servicios sexuales, sanciones más leves para los clientes. El Ayuntamiento de Rímini, de cara al verano, vuelve a adoptar una línea dura en la lucha contra la prostitución callejera.
En vísperas del verano, como de costumbre, llega a Rímini la ordenanza municipal para combatir la prostitución callejera con sanciones económicas tanto para las prostitutas como para los clientes. Mucho más salado para los primeros que para los segundos.
Cualquiera que sea sorprendido en conductas que sugieran la oferta de servicios sexuales será sancionado con una multa de hasta 500 euros, reducida a 400 si el pago se realiza en un plazo de 60 días.
Para los clientes está prohibido pedir información u concertar servicios sexuales pagos, pero no existe ninguna penalización. Sólo para aquellos que, conduciendo su propio vehículo, se detengan repentinamente en la acera donde se encuentra una prostituta, se aplicará una multa por maniobras peligrosas u obstrucción del tráfico. Pero la cantidad es pequeña. 42 euros que sube a 56 si esto ocurre por la noche. Es poco probable que esta cifra sea suficiente para disuadir a los consumidores potenciales de servicios sexuales.
La administración municipal subraya la necesidad de mantener la guardia alta a pesar de la falta de legislación nacional al respecto.
Las zonas afectadas por la disposición son amplias, se refieren a varias avenidas entre la franja costera y la carretera estatal 16, desde Torre Pedrera hasta Miramare. Las actividades de control también podrían dar lugar a la presentación de informes a la Agencia Tributaria y a los servicios de Policía Financiera que se consideren pertinentes a efectos fiscales. La ordenanza permanecerá en vigor hasta el 15 de enero de 2025.
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