HORA DE COMER. EN TURÍN LA EXPOSICIÓN “CUANDO EL TOUR SE TIÑE DE AMARILLO” CON LAS JOYAS DE “MANO SANTA” CIMURRI. GALERÍA

HORA DE COMER. EN TURÍN LA EXPOSICIÓN “CUANDO EL TOUR SE TIÑE DE AMARILLO” CON LAS JOYAS DE “MANO SANTA” CIMURRI. GALERÍA
HORA DE COMER. EN TURÍN LA EXPOSICIÓN “CUANDO EL TOUR SE TIÑE DE AMARILLO” CON LAS JOYAS DE “MANO SANTA” CIMURRI. GALERÍA

Aquel 24 de julio de 1949, en París, en la pista del Parque de los Príncipes – 454 metros y medio de color rosa para evitar el resplandor del sol y 30.000 espectadores abarrotados y vitoreando – el más feliz no fue fausto coppimaillot amarillo, ramo de flores, banda de ganador al hombro, rodilla izquierda vendada, completando la vuelta de honor, pero Giannetto Cimurri, gorra con la visera levantada, jersey de lana, pantalón corto y ancho, pedales y mocasines, que trotaban a su lado.

Era el acto final del Tour de Francia en el que Fostò (como lo habían adoptado también los franceses, con admiración) había superado a Gino Bartali, segundo a casi 11 minutos, y a Jacques Marinelli, tercero a más de 25, y derrotado al resto de el mundo. La foto del recuerdo. El pasaporte a la historia. La venganza de Italia contra Francia y la Segunda Guerra Mundial. Cimurri había cuidado el cuerpo del Campeón, aflojándolo desde la nuca hasta los dedos de los pies, tocando los tendones, acariciando las articulaciones, restaurando los músculos y devolviendo el estado de ánimo, sintonizando el arte del masaje con la dulzura del diálogo o la profundidad del silencio. Ese triunfo (tres victorias de etapa: dos contrarreloj, la primera de 92 km, la segunda de 137, y una etapa alpina de 257, con llegada a Italia, en Aosta; la clasificación de escaladores y la clasificación por equipos), un poco , también le pertenecía a él.

La foto de Coppi y Cimurri en el Parco dei Principi presenta la exposición “Cuando la tricolor se tiñó de amarillo. Los campeones italianos en el Tour de Francia”en Turín, en la sede de Credem en Villa Frassati, Corso Trento 2/A, del 18 de junio al 12 de julio. No sólo fotos, sino bicicletas, maillots, recuerdos, recuerdos que Giannetto Cimurri había guardado, recopilado y transmitido para contar aquellos días en los que se hacía historia, y no sólo la del ciclismo. Lo llamaron la Mano Santa. Sanó con sus manos. Y también con palabras. Nació en Reggio Emilia, trabajó en casa y en sus alrededores, en el Giro, en el Tour, dondequiera que lo llevaran las carreras, para Atala y -durante 34 años- para la selección italiana, la belleza de 74 Campeonatos del Mundo entre ruta, pista y cross, 40 Giri y 11 Tours, además de ocho Juegos Olímpicos. Cimurri fue ministro de Sanidad, embajador del ciclismo, adalid de la humanidad: y sus virtudes, manuales y verbales, estuvieron también a disposición de sus seguidores y conciudadanos.

Villa Frassati alberga las bicicletas de Coppi y Bartali, pero también una bicicleta de finales del siglo XIX fabricada en París, la camiseta tricolor de la selección italiana en el Tour, la amarilla de Bartali en el Tour de 1948, los dorsales de Bartali (en 1949, como campeón defensor, llevaba el número 1) y Coppi (siguiendo el orden alfabético, llevaba el número 4), carteles y periódicos, fotografías de Bartali, Cottur y Ronconi, e incluso monos, camisetas, botellas de agua y hasta ungüentos de Cimurri. Un pequeño mundo antiguo que huele a esfuerzo y sencillez, a alcanfor y gloria. Y los necesarios homenajes fotográficos a los siete ganadores italianos de la Grande Boucle: Bottecchia, Bartali, Coppi, Nencini y Gimondi en blanco y negro, Pantani y Nibali en color.

La iniciativa fue posible gracias a la colaboración de la familia Cimurri, el Museo Ghisallo y Gianfranco Trevisan. La exposición estará abierta al público, con entrada gratuita, de lunes a viernes, de 8.20 a 13.20 horas y de 14.45 a 15.45 horas. Para información: [email protected].

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