“Ambos policías, está en el ADN de la familia. Es un placer servir con mi hijo”

“Ambos policías, está en el ADN de la familia. Es un placer servir con mi hijo”
“Ambos policías, está en el ADN de la familia. Es un placer servir con mi hijo”

Siena, 16 de junio de 2024 – diego, 23 años. Agente. Primero fue en Camino en Verona pero ahora trabaja en la Unidad de Servicio de la jefatura de policía de Siena. marco, 60 años De los cuales casi 40 están uniformados, inspector. Desde 2002 punto de referencia de comisaría de policía permanente en Scotte después de empezar en el Volanti de Turín y luego en nuestra ciudad.

Hijo y padre, diferentes pero unidos por los valores -ayudar a los demás, dicen al unísono- y por las ganas de prestar un servicio a los ciudadanos. “No es retórica, este trabajo lo llevamos en la sangre”, alzaron las manos. Uno al lado del otro, como ocurrió (primera y única vez) durante un partido de eliminatoria Costone-Hombres Sana. Es una sorpresa que padre e hijo se encuentren trabajando juntos en la policía, al igual que los jinetes del Palio en Piazza.

“¿El efecto? Feliz y orgulloso. Muy triste considerando que estoy jubilado desde el 1 de agosto. Hay quienes se van voluntariamente, yo me hubiera quedado. Y no sólo para ayudar a Diego con la experiencia adquirida. Pero siempre está el teléfono”, sonríe Dionisi padre mirando a su hijo. “Cuando estaba en Verona, a veces incluso lo despertaba por la noche. Lamento haber estado sólo 8 meses con él aquí en Siena”, repite Diego.

Marco le enseñó a “dar siempre lo mejor en su trabajo, lo que ciertamente no fue casualidad. Yo quería ayudar a los demás y estar cerca de la gente, ser útil a los demás. Él me contagió estos valores”, admite el joven policía. . ¿Quién sueña con ir al Volanti? “No hay nada más bonito que hacerlo en la ciudad donde creciste”, añade Diego, licenciado en Sarrocchi y gran apasionado de la natación a nivel competitivo. “Entrenamiento continuo todos los días, carreras los fines de semana. Lo extraño un poco… ahora solo el gimnasio”, explica el agente. Quien por su parte empezó a estudiar Derecho, está en tercer año. “Poder trabajar y estar al tanto de los libros no es fácil, lo reconozco”, admite el inspector sin pestañear.

Ayudando a otros hacer el trabajo con enfoque humano era el ‘bar’ de Dionisi en el puesto permanente, sin mirar horarios. “Tal vez no puedas devolverle la vida al hijo de una persona, pero estar cerca de ella y resolver sus dudas puede ser un consuelo. Y también hace que quienes visten el uniforme se sientan bien. A veces no hace falta mucho para hacer una persona feliz”, revela, dejando entrever por un momento la puerta del corazón. Que también late por la Misericordia desde hace 22 años. “Seguiré conduciendo la ambulancia, quizá haga algunos turnos más ahora que estoy jubilado”, anuncia. “Soy voluntario de emergencia, a veces pasaba con mi padre en la Misericordia”, añade su hijo Diego. Por lo tanto, aquí también estamos uno al lado del otro, aunque con un “uniforme” diferente.

«¿Si siempre hay respeto hacia la policía? Por parte de la mayoría de los ciudadanos, sí, pero está claro que es necesario un acercamiento mutuo en nombre de la corrección, este es el ABC”, observa Dionisi padre, que regresa al trabajo que deja realmente con el corazón apesadumbrado. “¿Un momento en el que tuve miedo durante el servicio? No, eso no sucedió, pero está claro que en algunos momentos fue necesaria una fuerte atención”, admite Diego. Está pensando en un regalo especial para cuando el padre Marco se jubile. El inspector lo mira, ya sí se mueve.

PREV Notte di San Giovanni: fuego sagrado y ramajetti en Montesilvano Colle – Noticias
NEXT Matera se adhiere a la carta internacional contra la discriminación de las mujeres en el deporte – Oltre Free Press