Florencia, el Pegaso dorado entregado a Mina Gregori

Florencia, 14 de junio de 2024 – “Te entrego el Pegaso dorado a un gran estudioso del arte, que enseñó a un educar el ojo para leer la obra de arte, reconocer y amar la belleza, transmitir opiniones nuevas y a veces difíciles para el mundo de la cultura y del arte que vive su excelencia en Florencia y Toscana”. Así el presidente Eugenio Giani rindiendo homenaje a mina gregorio, crítico de arte, docente y estudioso de fama internacional, el máximo reconocimiento de la Región Toscana. La ceremonia de entrega tuvo lugar hoy en el Palacio Strozzi Sacrati, sede del presidente de la Región de Toscana, donde la profesora Gregori estuvo acompañada por una de sus sobrinas, Sandra Bandera, y el teniente de alcalde del Ayuntamiento de Florencia. En el público, entre las autoridades, la presidenta de la Fundación Longhi, Cristina Acidini, que reemplazó a Mina Gregori, que ahora es presidenta honoraria. Conectada vía vídeo desde Cremona, ciudad natal del profesor Gregori, la otra sobrina, María Cristina Bandera. “Estoy muy agradecida – afirmó Mina Gregori, que cumplió cien años en marzo al recibir el reconocimiento – vuestra presencia demuestra todo el cariño y la estima que me tenéis. Todos tenemos los mismos ideales y todos aspiramos al bien de nuestro país. Gracias de nuevo.” Mina Gregori, cremonesa de nacimiento y florentina de elección, heredera directa de las lecciones de Roberto Longhi, se ha desenvuelto con creatividad e inteligencia en el mundo de las artes figurativas pero también de la literatura y de la música que, según ella, llena de vida y está entre todas las artes la forma más completa. Directora de más de cien exposiciones en el mundo, sigue siendo memorable la de Caravaggio y los artistas de Caravaggio, que le valió el sobrenombre de “la dama de Caravaggio”, ya que se encuentra entre las mayores conocedoras de Miguel Ángel Merisi. También es fundamental la exposición sobre el siglo XVII florentino. Y de nuevo, con la gran exposición sobre el Renacimiento en Atenas que puso en valor las raíces clásicas del arte italiano. Su figura como académico es de talla internacional y, sin embargo, está profundamente arraigada en Florencia, donde enseñó durante mucho tiempo en la Universidad hasta convertirse en catedrático de historia del arte medieval y moderno, formando innumerables estudiantes en su carrera como historiador del arte. y la profesora Mina Gregori siempre ha privilegiado el ojo: para conocer a un historiador debe ser capaz de “ver”. Es el ojo el que nos transmite el mensaje de las obras figurativas. Por lo tanto, el historiador del arte debe anteponer los museos a las bibliotecas y la visualización directa de las obras a las fotografías, porque si parte de la obra también le informará sobre su contexto. Este, en resumen, es el mensaje clave de su enseñanza.

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