Dominik Kotarski ya ha aparecido en los titulares. Una vez, cuando tenía 18 años llegó al Ajax procedente del Dinamo Zagreb por tres millones de euros. Otro cuando decidió irse cedido al Gorica, dejando Holanda y los Lancers por no jugar. Personalidad. Nada más que un paso atrás. Fue el trampolín que le lanzó al mundo del fútbol. A sus 24 años, ciertamente no puede considerarse que haya llegado. Digamos que se siente querido. De muchos equipos: del Inter al Ausburg, pasando por el Southampton. El Parma tiene los ojos puestos en el campeón griego pero sabe que la cosa está complicada. Triunfó con el Paok Salónica, a dos puntos del Aek Atenas de Bruno Alves y Almeyda, dos ex cruzados que adornaron el césped de Tardini en diferentes épocas. Y después de esta temporada el precio subió. Desde el Área Técnica de Parma, además de una convencida manifestación de interés, también se habría hecho una primera oferta oficial de 2,5 millones de euros. Pocos, evidentemente, dado que fueron amablemente devueltos al remitente. En Grecia lo tasan en nada menos que 6 millones. Se necesitan muchos para sentarse a la mesa de negociaciones. De momento el Club KK se ha tomado su tiempo valorando -claramente- otras opciones para la puerta. Chichizola hizo una excelente temporada pero repetir en la Serie A podría ser más complicado y el Parma está intentando protegerse de alguna manera. Kotarski gusta porque, además de ser un portero fiable entre los postes, sabe manejar la presión y jugar determinados partidos. Su carácter no ha pasado desapercibido y es una cualidad que los 007 de Parma sin duda han notado. Frío como el hielo, Dominik no siente la presión en absoluto. Por eso Kotarski ya ha aparecido en los titulares.
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