Acusaciones y controversias. El caso del aborto agitó el primer día del G7

Acusaciones y controversias. El caso del aborto agitó el primer día del G7
Acusaciones y controversias. El caso del aborto agitó el primer día del G7

El éxito organizativo de la cumbre de los Siete Grandes en Borgo Egnazia es casi total para Giorgia Meloni, que se ha dedicado en cuerpo y alma a ella desde el lunes, tras la votación europea. Para el Primer Ministro, el único obstáculo proviene de la polémica, que surgió ya el miércoles, por la falta de una referencia explícita a la palabra “aborto” en las conclusiones de la cumbre. Una polémica que provoca incluso una intervención de la Casa Blanca y que inmediatamente rebota en Roma donde termina alimentada, como siempre, por el debate político, con los dirigentes que estos días están más dispuestos que nunca a luchar. Con Elly Schlein, secretaria del Partido Demócrata, que llega incluso a hablar de “vergüenza nacional” y pide al Primer Ministro que “pida disculpas al país”.

Sin embargo, se trata de un “desliz” que también puede interpretarse como otro éxito de la primera ministra procedente de los Hermanos de Italia, ya fuerte por el hecho de presentarse en esta cumbre como la líder políticamente más estable (y por tanto más fuerte) entre los siete, a la luz de las elecciones del pasado domingo. Porque, aunque el Palacio Chigi niegue un papel activo directo en el “misterio” del proyecto y en la supuesta “manita” implicada, en definitiva el texto final (que no se publicará hasta esta tarde) no puede desagradar al Primer Ministro en este punto. aunque termine eclipsando el resto de temas tratados en estas primeras 24 horas. El caso anima toda la jornada vivida por la prensa en los renovados pabellones de la Fiera del Levante, entre puestos de comida y una alfombra verde que parece césped. Lo que dio el detonante fue la intervención, casi al final de la mañana, de Jack Sullivan, el asesor de seguridad nacional: «Biden no cede en derechos, hablará de ello con el primer ministro Meloni», dice perentoriamente a los periodistas. Es difícil reconstruir el caso, entre los borradores que pasan de mano en mano entre los “sherpas” de los distintos gobiernos que redactan las conclusiones. El Ministro de Agricultura, Francesco Lollobrigida, también interviene desde Milán y afirma: «No sé si sería oportuno mencionarlo en un G7 en el que también participa el Papa (aborto, ed), si optaron por no ponerlo debe haber una razón más que aceptable.” Mientras que el ministro de Relaciones Exteriores, Antonio Tajani, le restó importancia al hablar de que la discusión aún está abierta. Por la tarde, fuentes italianas precisaron luego que «no se ha eliminado nada del texto, hasta el punto de que hay una referencia explícita a los compromisos asumidos en Hiroshima», la ciudad japonesa que acogió el G7 de 2023. Y añaden que así es. «crema batida sin sustancia», de una «explotación electoral». Para luego concluir que «hemos sufrido la injusticia, pero no se la hacemos a los demás» (parece que detrás de esto hay una referencia a la Francia de Macron y al Canadá de Trudeau, siempre sensibles en estas cuestiones, que habría violado la norma de no revelar las negociaciones entre los redactores de los textos).

La cuestión es terminológica y fácilmente se presta a convertirse en terreno propagandístico. El hecho es que el documento japonés citaba “el acceso efectivo y seguro al aborto”. La estratagema encontrada, tras la intervención estadounidense, es referirse a los “derechos reproductivos” de las mujeres, término que en la jerga técnica también incluye el aborto, que, sin embargo, ya no se menciona en el texto, a diferencia de hace un año. Esto es suficiente para provocar oposición. Los senadores del Partido Demócrata en su conjunto alzan la voz. La líder del grupo demócrata en la Cámara, Chiara Braga, lo define como “un acto aún más grave en un G7 liderado por una mujer”. Interviene también Laura Boldrini, afirmando que «el G7 de Meloni pasará a la historia como un ataque más al derecho al aborto». Los parlamentarios de Avs hablan de “duplicidad” y piden al primer ministro que aclare el asunto. A Iv, Ivan Scalfarotto la define como “una tonta más”. Hasta la acusación más fuerte de Elly Schlein. Rechazado por Eugenia Roccella, Ministra de la Familia: «En estas cumbres el punto de fracaso es siempre unánime, no veo el problema». Otra ministra, Daniela Santanchè (Turismo), intenta cerrar la polémica: «Qué mujer es Schlein… Sólo defiende los derechos de las mujeres que no se llaman Meloni».

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