El bar Alice de Piazza Statuto cierra después de cuarenta años de actividad

El bar Alice de Piazza Statuto cierra después de cuarenta años de actividad
El bar Alice de Piazza Statuto cierra después de cuarenta años de actividad

El mensaje de despedida a los clientes está contenido en un cartel colocado el otro día en las tres ventanas de Piazza Statuto 9, el corazón de Turín: «El sábado 18 de mayo, después de cuarenta años de actividad, el bar Alice cerrará para siempre».

Lo entregaron Roberto Gabriele, de 76 años, y su esposa Lavinia, propietarios del café desde 1984. Pasado mañana serán ellos quienes bajen por última vez las persianas del local, que también hace las veces de lechería y coctelería, punto de referencia para VIPs y profesionales de la zona desde hace cuatro décadas. El parón definitivo del bar se decretó mediante el aviso de desalojo entregado en los últimos días a los propietarios de la propiedad de las paredes. Una orden judicial llegó después de dos años de batallas legales entre las partes, dictada por un deuda por el pago del alquiler contraída por la familia Gabriele a partir del año 2020, el año de la explosión de la pandemia de Covid: «Desde entonces hemos pedido varias veces llegar a un compromiso, pero se nos ha negado esta posibilidad», explica Roberto Gabriele. Por este motivo, en los últimos días, los propietarios han iniciado comoCubre el laboratorio de la parte trasera, donde siempre se han preparado postres y croissants. Desde el próximo lunes hasta el 30 de mayo, último día para la entrega de llaves, retirarán sus herramientas de trabajo del café: “Cerrar este bar – dice Gabriele – es una herida en el corazón”.

Varios exjugadores de la Juventus, entre ellos Alex Del Piero y Ciro Ferrara. Pero también estrellas de televisión como Piero Chiambretti y Luciana Littizzetto. A lo largo de los años, muchos VIP se han convertido en clientes del bar Alice. Con ellos contadores, abogados y notarios con oficinas en Piazza Statuto. Eran principalmente ellos quienes acudían a la cafetería de trescientos metros cuadrados para almorzar en el primer piso o tomar un aperitivo en la zona exterior bajo los soportales. «En la época dorada, alrededor de 2005, servíamos entre 60 y 70 comidas al día», dice Gabriele.

Originario de Mantua, cuando era niño se mudó con su familia a Turín y hace cuarenta años se hizo cargo del bar Alice, tras adquirir experiencia en otros tres cafés de la ciudad. Las primeras dificultades surgieron hace unos diez años, cuando Varios profesionales habían abandonado sus estudios con vistas a la plaza. Las restricciones impuestas en los primeros meses de 2020, año a partir del cual las oficinas se habían vaciado para dejar espacio al trabajo inteligente, había provocado el colapso de las colecciones, complicando el trabajo de la familia Gabriele y alimentando la formación de una deuda que ya no podía saldarse. “Extrañaremos a nuestros clientes de toda la vida y a los nuevos – el mensaje en los escaparates – Nos dará consuelo saber que el bar permanecerá para siempre en nuestros corazones y en los suyos”.

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