En el hospital de Rímini, quince de los 29 ginecólogos son objetores de conciencia. Por tanto, un porcentaje superior (aunque ligeramente) al 50% no practica el aborto. ¿Es posible garantizar a la mujer la posibilidad de interrumpir su embarazo dentro de los plazos que establece la ley 194 de 1978? ¿Los médicos que no se “objetan” tienen una carga de trabajo excesiva y estrés sobre sus hombros?
Aunque las cifras puedan hacer dudar de que se esté cuestionando el acceso al aborto, el hospital de Rímini, por el contrario, consigue absorber todas las solicitudes de IVG en el territorio provincial dentro de los plazos establecidos, «realizando también muchos abortos de mujeres procedentes de de la región de Las Marcas y – subraya Geraldina Gamberini, médica jefe de la unidad operativa de Ginecología del Infermi – sobre todo de todo San Marino”. De hecho, en Titán el aborto fue despenalizado en 2021, pero los centros de salud no están equipados para realizarlo. Además, comparar los datos locales con los nacionales da a la situación de Rímini una perspectiva completamente diferente. De hecho, los datos del Istituto Superiore di Sanità (referidos a 2021) confirman la presencia de un alto porcentaje de objetores en Italia, donde los ginecólogos que “se abstienen” alcanzan el 63,4% del total, con las tasas más altas en las regiones del sur.
