El Chelsea no quiere ampliar la cesión

El Chelsea no quiere ampliar la cesión
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Último beso en el Olímpico. Romelu Luakaku saludará a la afición de la Roma el domingo por la noche contra el Génova y probablemente, si algún día los vuelve a ver, será…

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Último beso en el Olímpico. Romelu Luakaku saludará a la afición de la Roma el domingo por la noche contra el Génova y probablemente, si algún día los vuelve a ver, será como rival. La cesión que empezó a finales de agosto está llegando a su fin y el Chelsea no quiere prorrogarla. Big-Rom se despide con un sabor amargo en la boca por no haber conseguido una final de la Europa League. El acceso a la Liga de Campeones tendrá que esperar hasta el último minuto, pero el destino ya no está en manos de la Roma. Parte de la responsabilidad también es del belga, que llegó exhausto al final del campeonato por el excesivo uso que se hizo de él a lo largo de la temporada: 29 veces titular en la Serie A de 36, 13 de 14 en la Europa Liga y 2 de 2 en la Copa de Italia. Nadie en la delantera fue capaz de sustituirlo y hacerle recuperar el aliento, desde Azmoun, que nunca fue incisivo, pasando por Belotti (luego cedido a la Fiorentina), hasta Abraham, que no regresó de una lesión hasta principios de abril. Un total de 20 goles marcados en su primer año, 14 en la era Mourinho y 6 en la era De Rossi. Teniendo en cuenta que se gastaron en él unos 18 millones brutos (7,2 netos de salario y 5 de cesión), cada uno de sus goles le costó a la Roma casi 900 mil euros. Cálculo al que habría que sumar las asistencias (4) y los 3817 minutos, en su mayoría de calidad, que garantizó. En los enfrentamientos directos muchas veces no estuvo preparado, como en el de San Siro contra el Inter, en el que el estadio le propinó una avalancha de abucheos. Pero logró marcar ante Fiorentina, Napoli y Juventus. Mientras estuvo en la Copa siempre marcó hasta el partido de ida contra el Feyennord (excepto el Slavia Praga fuera de casa) y luego contribuyó al 4-0 contra el Brighton (el gol supuso el 2-0).

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Sin embargo, lo que a veces se pasa por alto es lo decisivos que fueron sus goles. En la Serie A aportaron 10 puntos a la tabla: 1 con Torino, 2 con Frosinone, 2 con Lecce, 1 con Fiorentina, 2 con Verona, 1 con Udinese y 1 con Juventus. No sólo eso, en el grupo de la Europa League gracias a él la Roma sumó 7 puntos: 4 con el Sheriff (en casa y fuera) y 3 con el Servette (vuelta). Además, marcó el gol del empate en el partido de ida del play-off contra el Feyenoord. Por último, también el empate con el Cremonese en la Copa de Italia. También hay que sumar al cómputo todos los partidos que disputó con la selección a partir de septiembre: son seis como titular en los que marcó ocho goles. Si además sumas estos, Lukaku ha jugado un total de 50 partidos y aún quedan dos partidos de campeonato. En definitiva, es el jugador que más impacto ha tenido junto a Dybala y el destino dicta que ambos podrían decir adiós en verano. Para Romelu, de hecho, las posibilidades de permanecer en los Giallorossi son escasas, cuesta mucho, tiene un salario alto y tiene 31 años. Demasiados para plantear hipótesis sobre una inversión tan costosa por parte de la familia Friedkin (los Blues le tasan 37 millones de libras). En su contra está la segunda parte de la temporada en la que los mínimos fueron más que los máximos, pero el análisis debería hacerse a lo largo de todo el año. Probablemente el cambio de entrenador, el cansancio acumulado y los extremos que tienen un coeficiente de precisión cruzada muy bajo, también influyeron en sus actuaciones. Encontrar un delantero tan incisivo a un coste relativamente bajo en verano no será fácil. A menos que Roma y De Rossi pretendan apostarlo todo por Abraham.

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