Taranto perdió 0-1 ante Vicenza en el partido de ida de la primera ronda del play-off nacional

Taranto perdió 0-1 ante Vicenza en el partido de ida de la primera ronda del play-off nacional
Taranto perdió 0-1 ante Vicenza en el partido de ida de la primera ronda del play-off nacional

El enigma del Norte, el episodio que cambia y condiciona inmediatamente el devenir del relato, el arte de la audacia en las metamorfosis tácticas e interpretativas, los oráculos y la aritmética a consultar para continuar en un viaje, competitivo y onírico, que puede abrirse a las ambiciones de promoción en el cadete.

En el acto inaugural del doble partido de la primera ronda del play-off nacional, en presencia de un estadio Iacovone rebosante de pasión (estaba “agotado”, realzado también por el centenar de aficionados contrarios acurrucados en las gradas ), Taranto pierde por poco ante el Vicenza y ante la puntualidad de su delantero argentino Franco Ferrari (cabezazo perfecto tras la elaboración de un centro de Ronaldo directamente desde el banderín derecho después de sólo nueve giros de la mano), proyectando así sus aspiraciones de clasificación en detrimento de uno de los “cabezas de serie” en el próximo duelo en Véneto (programado para el sábado por la noche en el estadio de Menti). Cronologías resumidas para la preparación del partido, conocimientos mutuos limitados a los archivos estacionales, incluidos vídeos, pizarras y ejercicios rituales, incógnitas dadas por el sorteo que combina dos auténticos candidatos protagonistas en otros tantos grupos con criterios opuestos, desde un punto de vista territorial. , pero también por el aspecto táctico y psicológico.

Vicenza no se desestabiliza actuando ante diez mil seguidores de Rossoblu, al contrario: metaboliza una presión inusual, demostrando una facilidad oportuna, haciendo gala de orden y calma. Taranto, por el contrario, parece sufrir de cierta emocionalidad, a pesar de la reorganización que sigue a la desventaja: carece de pragmatismo en la propia creatividad ofensiva, traiciona las ideas en la inserción encaminada a la conclusión, es precaria en la precisión pero insiste en experimentar y intuir estrategias y lecturas especialmente durante la segunda mitad del juego. Por su parte, el equipo veneciano que dirige Stefano Vecchi apuesta por el físico y la densidad desde el centro del campo hasta la verticalización, desde la convergencia de sus extremos hasta los primeros tiros (se presenta con un 3-5-1-1 más compacto). , certificando una constante superioridad numérica en contraste y duplicación de la puntuación. El equipo de Ezio Capuano, sin embargo, apuesta por las transformaciones y la rotación de roles, desafiando las vacilaciones debidas a las inadecuadas condiciones orgánico-musculares de varios jugadores: vuelve al tablero mnemotécnico de salida del 3-4-3, optando por el tridente confiado al la imaginación de Orlando y Bifulco en el centro del campo ofensivo y el instinto de Simeri en el centro, mientras un Calvano que no está en su mejor momento se las arregla en la sala de control junto a Zonta, uno de los ex jugadores como Valietti, confirmado en el carril derecho ( con Ferrara interpretando en sentido contrario).

Los cambios en la segunda parte fueron drásticos: de la incorporación de Ladinetti para dar calidad en el backfield, a la búsqueda de profundidad favorecida por De Marchi; desde Fabbro asumiendo Ferrara y Kanoute reemplazando a Bifulco por una visión de tracción delantera, hasta la disposición de una línea defensiva de cuatro hombres con el sacrificio hacia atrás de Valietti. Ambos porteros se mantienen firmes: Gianmarco Vannucchi niega repetidamente a sus oponentes el segundo gol, Alessandro Confente se sacrifica hasta el final para sellar la victoria.

Sensacional la intervención del número uno jónico en el minuto 36, cuando Della Morte baila en progresión y sirve la asistencia a favor de Greco, que se coordina en los espacios desprotegidos de la banda zurda, pero es igualmente decisivo para neutralizar el ataque cercano. respuesta del mismo delantero central (4′) y disparo raso de Ferrari disparado en profundidad por Costa (20′). El portero de “Lane” también fue providencial, sobre todo en el epílogo: levantó el balón golpeado sobre la marcha por De Marchi con un increíble movimiento de espalda (43). Pero también merece homenajes cuando hipnotiza a Zonta, inspirado por un pase en profundidad de Valietti desde la banda derecha (41’pt) y cuando desvía el balón lanzado desde larga distancia por Luciani, en el tiempo añadido de la primera parte.

“Era normal que tuviéramos dificultades para aprender: tuvimos que preparar el partido en pocas horas, basándonos en el sistema táctico más utilizado por Vicenza, es decir, el 3-4-2-1 – analizó Ezio Capuano– En cambio, mi colega Vecchi optó por el cambio a 3-5-1-1, con Ferrari girando alto y Della Morte girando detrás de él. Sin embargo, estudiamos bien: la mejor nota fue la presencia de Orlando en el campo durante los noventa minutos; No permitió puntos de referencia en una defensa muy física y filtró entre líneas”.

“El mayor pesar es haber encajado un gol con un balón inactivo, en el desarrollo de un determinado saque de esquina – confió el técnico rossoblu – Sin embargo, sabíamos que sufriríamos la precisión del Vicenza en las jugadas a balón parado. Si hubiéramos mantenido el empate, habríamos jugado otro partido. Cada uno hizo lo mejor que pudo, con los problemas que traemos con nosotros. Si hubiéramos tenido tranquilidad física y mental, no compromisos estrechos, habría sido un tipo de encuentro diferente”.

Mister Capuano no renuncia a las condiciones para intentar revertir los pronósticos: “Mi Taranto no está cansado, pero lo vi poco lúcido en el último pase, en los últimos metros y en los últimos minutos. El mérito es del Vicenza, un gran equipo, bien situado en el campo, que aún así dio a mi equipo cuatro oportunidades claras de gol, en las que el portero Confente se superó”. Un enfoque en el rendimiento y la estabilidad atlética de algunos elementos clave en la economía del juego jónico: “Ferrara estuvo fuera durante dos meses, no tuvo ritmo de partido y regresó hacia el final del campeonato; Cuando decidí adoptar la defensa de cuatro, lo tomé también porque estaba amonestado – explicó Capuano – intenté recuperar el partido, leyendo y cambiando. Quité a Calvano porque no estaba en condiciones de continuar, pero había sido un interrogante desde el principio. Pero Vicenza estaba estructurado, somos un poco “pequeños” con balones inactivos, más aún sin Calvano: es un jugador imprescindible, lo había conservado contra Picerno, pero en el último mes ha realizado muy pocos entrenamientos. Era un riesgo, pero no podía evitarlo”. El llamamiento de cara al partido de vuelta está lleno de orgullo:

“Estoy orgulloso de que Taranto haya jugado en igualdad de condiciones contra un equipo de Vicenza construido para ganar el torneo. Les dije a los muchachos que esto no ha terminado: aún queda un partido más y hay que creer en ello – comentó el técnico jonio – La aportación total de jugadores que han sido fundamentales durante todo el año y que han convivido con muchos problemas de manera estoica. Gran actuación: nunca nos perdimos, luchamos por cada balón y, en los últimos treinta minutos, los jugadores de Vicenza no pudieron superar su centro de gravedad, mientras que nosotros acortamos bien a pesar de estar muy desequilibrados, demostrando así una gran condición atlética”.

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