Los bienes culturales de Rímini desaparecidos/1: la piedra ociosa

Los bienes culturales de Rímini desaparecidos/1: la piedra ociosa
Los bienes culturales de Rímini desaparecidos/1: la piedra ociosa

En las páginas de este medio de información contamos una especie de “historia negra” de una Rímini paralela, si se quiere, a la gloriosa de una ciudad muy importante de un pasado muy remoto, narrada por eminentes estudiosos de la ciudad. Nos concentramos, documentos en mano, en lo que ocurrió con los testimonios culturales primero dañados por los bombardeos sufridos durante la Segunda Guerra Mundial, luego destruidos por una finalización sin sentido de las obras que posteriormente vio la desaparición de muchos monumentos que de alguna manera podrían y debería haber desaparecido. Y cuyos prosélitos todavía vemos en el Palacio Maschi Lettimi, en el antiguo Convento de San Francisco y en las diversas interpretaciones de nuestra historia se materializan en usos cuestionables de los pocos sitios que quedan. Pero en esta desafortunada disputa también ha entrado otro fenómeno nocivo: la “desaparición” de algunas importantes obras de arte en la ciudad.
En este sentido hablaremos de la misteriosa, la famosa “Petra Ociosa”, un hecho más o menos conocido, pero lo haremos gracias a las investigaciones realizadas en los reportajes e investigaciones periodísticas de la prensa de el tiempo; porque “repetita iuvant” o mejor dicho es bueno recordar que este fenómeno también es una pieza importante de la historia de nuestra ciudad.

La inscripción en el epígrafe:
MCCCLXXXXV / 2º día 12 de agosto. Xpo (= Cristo) ayuda / Iacomo / Quien en este Tres / bo cum tal y cual / pacienteia y fuerte / za tendrá virtud / de 7 para ser elogiado / será: nota e/taxiesevoiviv/ereinpacech’el/ Bueno incluso si taxie/mal aunque/dice. Un buen intento / puerta. 7. et. etc. /ra.

LA POSTAL
En una postal que se distribuyó cuando se descubrió la desaparición del epígrafe figuraba el resumen de aquel acontecimiento: “El epígrafe reproducido en esta postal es la famosa “pietra oziosa”, un rótulo medieval de una tienda de Rimini, fechado en 1397, antiguamente fijado en un edificio ubicado en la esquina entre la Piazza del Comune y Corso d’Augusto. Debe su nombre a que contiene una exhortación a los calumniadores ociosos (que solían reunirse cerca) en el dialecto de influencia veneciana hablado en Rímini en el siglo XIV: “Ten en cuenta y taxie si vives en paz así de bien, incluso si taxie el mal aunque Él diga”. Propiedad del Museo Municipal de Rímini, la piedra fue robada (en el lenguaje hipócrita de los museos se prefiere decir que “desapareció” hacia el año 1982, pero el informe no se hizo hasta 1995. Los ladrones (o hipócritamente “los autores de la desaparición”) puede que ya lo hayan colocado hace algún tiempo en el mercado clandestino de antigüedades”.
Luego se concluyó que cualquiera que lo hubiera visto, o tuviera incluso información indirecta sobre él, debía no informar al Museo de Rímini, sino más bien a la policía o a los carabinieri.

LA HISTORIA
Hay que empezar recordando el compromiso activo de Enzo Pruccoli, entonces director cultural de la Fundación Cassa di Risparmio, que trabajó duro pero, como veremos, desgraciadamente, en vano.
Empecemos por las noticias aparecidas desde 1998 en las que se traza el camino. En 1970 la Piedra se exhibió en la exposición que celebraba el quinto aniversario de la muerte de Sigismondo Malatesta, pero en 1985 a un editor local le ofrecieron la compra de algunos epígrafes y entre ellos el de Petra Ociosa. Por este motivo, se contacta con el departamento competente pero, a falta de la persona de contacto, un tercero se cobra la confianza y, tras haber realizado las comprobaciones oportunas, responde que el epígrafe está seguro en el depósito situado debajo del colegio en la calle XX. Septiembre.
En 1995, un concejal municipal pidió que se creara allí una exposición que incluyera los epígrafes más famosos de Rimini, incluida la famosa “Pietra Oziosa”: pero sólo en ese momento se descubriría que la piedra había desaparecido, y el consiguiente informe a las autoridades.
Comienzan las investigaciones y el interrogatorio de algunas personas, incluida la que denunció que el editor de Rimini era el protagonista, y en ese contexto parece haberse descubierto que se había perdido todo rastro de la Piedra desde 1982. Sin embargo, en lo siguiente , otros controles en todos los almacenes del museo, sin resultados y con la esperanza de que, dada la cobertura mediática, el nuevo “propietario” de la obra de arte no se deshiciera de ella destruyéndola.
La campaña de prensa continúa, incesante y, con razón, pide cuentas de lo sucedido. Las entrevistas con diversas personalidades del panorama cultural revelan un panorama no demasiado tranquilizador de la gestión del patrimonio cultural de Rímini hasta aquel momento. Los Carabinieri continúan con sus preguntas, pero sin éxito hasta que parece abrirse un destello.
Una persona entrevistada por la prensa afirma estar al tanto de cómo sucedieron las cosas, pero dispuesta a denunciarlas sólo a los investigadores; pero cuando se le escucha parece haberlo olvidado todo.
Seguirán otros artículos de prensa, esencialmente repitiendo lo ya dicho y escrito, pero sólo para llamar la atención sobre el caso, y en uno de ellos el concejal de Cultura de la época elogia a los periódicos por este compromiso.
Una campaña diaria insistente e ininterrumpida continuará durante un largo período, en particular en un periódico que contiene una “ventana” en la página de noticias de Rímini titulada “La cuestión ociosa”, en la que recuerda tanto la desaparición de la piedra como que de otros documentos, recordando en el texto la importancia de los testimonios históricos.

Entonces ante la imposibilidad de llegar a una solución al caso, la atención mediática también desaparecerá definitivamente, relegándolo al olvido.
No se supo más de Petra Ociosa y el asunto quedó envuelto en un velo de misterio, lleno de hipótesis, reticencias y cuestionable gestión del patrimonio cultural. Sólo quedan las imágenes y en ese epígrafe está burlonamente grabado el epílogo del relato: “Nota y taxi si vives en paz”, como diciendo escucha, observa pero calla. Una advertencia dirigida a quienes en el pasado, en el cantón de Rímini, en el que estaba colocada la piedra, hablaron demasiado, pero se volvieron contra ella.

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