¿Qué significa que la cura no es sólo “biológica”?

El obispo de Verona Domenico Pompili durante su discurso en el congreso nacional sobre la pastoral sanitaria

«Universalidad y derecho de acceso a la asistencia sanitaria» es el tema elegido para esta conferencia. Imagino que elegimos venir a Verona porque aquí conservamos la memoria de personas, lugares e instituciones que se dedicaron de manera especial a los cuidados, y en particular a los enfermos.

Son muchos los institutos religiosos y obras de caridad que nacieron aquí para responder a esta necesidad y dar expresión concreta a esta sensibilidad. Sin embargo, no es un recuerdo del pasado, sino una acción que se desarrolla en el presente. No es casualidad que nos encontremos en un lugar (la Casa Madre de los Siervos de la Divina Providencia – Don Calabria) que de manera muy especial es memoria y experiencia activa de atención a las diferentes formas de pobreza, para un acceso verdaderamente universal a cuidado.

La dignidad y el cuidado son primero un punto teórico y luego práctico. El cuidado surge de la dignidad del hombre y debe tener un alcance universal. Este no es el caso a pesar del planteamiento original del Sistema Nacional de Salud. Sería, sin embargo, un grave error olvidar que cuidar de una persona presupone un hacerse cargo que sitúa al sujeto en una relación necesaria.
Lo público y lo privado son otra tensión que no se puede eliminar, pero que se fortalece en una sociedad compleja y especializada. En primer lugar, hay que prestar atención a los crecientes estándares de humanización en el sector público, garantizando un servicio local en las autoridades sanitarias locales. Esto no significa que deban cultivarse también relaciones frecuentes y de colaboración respecto de todas aquellas entidades que asisten a los enfermos de la zona (residencias de ancianos, residencias de ancianos, hospicios…).
Finalmente, la colaboración con todos aquellos que se preocupan por el destino del paciente conduce a establecer alianzas saludables con quienes destacan por su presencia y acción en el mundo del voluntariado.

Lo que permite acortar la distancia entre el cuidado y su universalidad es un llamado que para nosotros los creyentes proviene de Dios mismo. Es su mirada profunda que no reduce nuestro compromiso con los simples cuidados biológicos que permiten que la pastoral de la salud sea un camino para evangelizar la sociedad en una de sus fronteras decisivas, la de la vida y la muerte.
Obispo de Verona

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