Maurizio Galimberti expuesto en el Museo Santa Giulia de Brescia

Un mosaico de gente, piedra, humo. De miradas, de rostros arrancados de la vida: esto es lo que se recoge al sobrevolar las imágenes que hablan de aquel 28 de mayo de 1974. Una fecha que queda grabada en la memoria nacional Masacre de Piazza della Loggia. Ocho víctimas y ciento dos heridos: números que todavía gritan y se rebelan en la tierra por una verdad que nunca se puede dar por sentada. Lo que sigue siendo cierto es el hecho, el acontecimiento que fue llamado a ilustrar el fotógrafo italiano Maurizio Galimberti (Como, 1956). Y lo hizo -lo hace, en una obra que sigue hablando cuanto más se mira- con su firma estilística inimitable. Sus formatos Polaroid ya preparados que, como él mismo dice, “Reciclan imágenes que ya existen, dándoles nueva vitalidad y contemporaneidad.”. Un trabajo desafiante, creado para Fundación Museos de Bresciaen una exposición que se suma al rico calendario del Brescia Photo Festival 2024.

Maurizio Galimberti, Brescia, Piazza della Loggia 1974, vista de la instalación en el Museo di Santa Giulia, Brescia, 2024. Foto Alberto Mancini

Las Polaroid de Maurizio Galimberti

Como decía Italo Calvino, no voy inventando, sino reescribiendo lo que otro ya hizo”. Es la poética de Maurizio Galimberti, quien se define como “futurista duchampiano”. Hay un poco de Umberto Boccioni, pero hay aún más de Marcel Duchamp, en esas fotografías suyas repetidas una al lado de otra y sumadas como un mosaico. El Desnuda bajando las escalerasdel gran maestro del arte conceptual se traduce en una Polaroid a la que se le ha cortado por completo el borde blanco. Una sensación similar de movimiento dada por la división del tema en múltiples partes. La unicidad es abandonada, reemplazada por una serie de listos para usar que toman lo que ya han hecho otros (obras de fotógrafos, artistas o escritos y materiales) y lo reelaboran para contar una nueva historia. Esto es lo que también se logró en la exposición de Brescia, en la que las narraciones se basan en los testimonios históricos de la masacre. Obras llenas de significado, que además conservan su estética sumamente fascinante. Un arte que habla a quien sabe escuchar con atención.

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Maurizio Galimberti, Brescia, Piazza della Loggia 1974, vista de la instalación en el Museo di Santa Giulia, Brescia, 2024. Foto Alberto Mancini

Maurizio Galimberti, Brescia, Piazza della Loggia 1974, vista de la instalación en el Museo di Santa Giulia, Brescia, 2024. Foto Alberto Mancini 2/10

Maurizio Galimberti, Brescia, Piazza della Loggia 1974, vista de la instalación en el Museo di Santa Giulia, Brescia, 2024. Foto Alberto Mancini

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Maurizio Galimberti, Brescia, Piazza della Loggia 1974, vista de la instalación en el Museo di Santa Giulia, Brescia, 2024. Foto Alberto Mancini

Maurizio Galimberti, Brescia, Piazza della Loggia 1974, vista de la instalación en el Museo di Santa Giulia, Brescia, 2024. Foto Alberto Mancini 4/10

Maurizio Galimberti, Brescia, Piazza della Loggia 1974, vista de la instalación en el Museo di Santa Giulia, Brescia, 2024. Foto Alberto Mancini

maurizio galimberti brescia piazza della loggia 1974 vista de la instalación en el museo di santa giulia brescia 2024 foto alberto mancini 1 6 El fotógrafo Maurizio Galimberti recuerda el 50 aniversario de la masacre de Brescia 5 / 10

Maurizio Galimberti, Brescia, Piazza della Loggia 1974, vista de la instalación en el Museo di Santa Giulia, Brescia, 2024. Foto Alberto Mancini

Maurizio Galimberti, Brescia, Piazza della Loggia 1974, vista de la instalación en el Museo di Santa Giulia, Brescia, 2024. Foto Alberto Mancini 6 / 10

Maurizio Galimberti, Brescia, Piazza della Loggia 1974, vista de la instalación en el Museo di Santa Giulia, Brescia, 2024. Foto Alberto Mancini

Maurizio Galimberti, Brescia, Piazza della Loggia 1974, vista de la instalación en el Museo di Santa Giulia, Brescia, 2024. Foto Alberto Mancini 7 / 10

Maurizio Galimberti, Brescia, Piazza della Loggia 1974, vista de la instalación en el Museo di Santa Giulia, Brescia, 2024. Foto Alberto Mancini

Maurizio Galimberti, Brescia, Piazza della Loggia 1974, vista de la instalación en el Museo di Santa Giulia, Brescia, 2024. Foto Alberto Mancini 8 / 10

Maurizio Galimberti, Brescia, Piazza della Loggia 1974, vista de la instalación en el Museo di Santa Giulia, Brescia, 2024. Foto Alberto Mancini

Maurizio Galimberti, StudioN03, Piazza Della Loggia, Brescia, 2024 9 / 10

Maurizio Galimberti, StudioN03, Piazza Della Loggia, Brescia, 2024

Maurizio Galimberti, StudioN07, Piazza Della Loggia, Brescia, 2024 10 / 10

Maurizio Galimberti, StudioN07, Piazza Della Loggia, Brescia, 2024

Exposición de Maurizio Galimberti en el Museo Santa Giulia de Brescia

La gran exposición conmemorativa, instalada junto a la del maestro Franco Fontana (reseña aquí) en el Museo de Santa Julia de Bresciaes uno de los protagonistas del Festival de Fotografía de Brescia de este año.

La masacre de Piazza della Loggia contada por Maurizio Galimberti

Cincuenta años después de la masacre, esta exposición se erige como un acontecimiento clave en el calendario de iniciativas que animan la ciudad en los últimos meses. Para que la historia sea verdaderamente una lección para el futuro, es necesario recordarla. Es en nombre de esta creencia que el arte contemporáneo está llamado a aportar su contribución. Y lo hace a través fotografías que reproducen… fotografías. Las que fueron tomadas momentos después del rodaje que cortó el aire en la Piazza della Loggia en 1974. Y no sólo eso: las obras de Galimberti también parten de pósters, periódicos Y otros documentos de época, puesto a disposición por el Archivo Casa della Memoria, el Archivo Histórico Silvano Cinelli y el Archivo Corsini/Ferrari. La historia no sólo se recuerda, sino que se recrea con el objetivo de hacer partícipes de aquellos acontecimientos a aquellos que son demasiado jóvenes para tenerla en su memoria.

Los fotocollages de Maurizio Galimberti expuestos en Brescia

Cuarenta piezas en total. Cuarenta mosaicos fotográficos que descomponen y recomponen la Masacre, a través de una estética claramente duchampiana. Secuencias que rebobinan la cinta de los años y nos transportan allí, a la Piazza della Loggia. Mirando esas tomas, parece que estamos presenciando la escena: como transeúntes parte de la multitud que quedó impactada por los disparos repentinos. Una al lado de la otra, las Polaroid actúan como una película cinematográfica en la que, de vez en cuando, aparece un error. Aparece algo que no parece estar bien y sacude la mirada del público, obligándole a prestar mucha atención a lo representado. El autor, de hecho, siente aversión por la perfección, que, al no ser parte de este mundo, no debe imponerse ni siquiera en el arte. “Lo primero que aparece en mis fotografías es el hombre, con su vida, su sufrimiento, su positividad. Es impensable que la fotografía sea académica. Larga vida a la fotografía imperfecto”. Palabras que Maurizio Galimberti repite a menudo cuando se le pregunta por su trabajo. Aquí no se ve nada diferente: historias de hombres desaparecidos antes de tiempo, tanta ira y sufrimiento, tantas demandas y batallas sociales. “Sólo la justicia popular puede vengar a los trabajadores asesinados” – leemos en una de las fotos mostradas. Frases que perfilan una época, pintando en sus sombras a la sociedad contemporánea. Sombras que inevitablemente conviven alternadas con momentos de luz.

maurizio galimberti brescia piazza della loggia 1974 vista de la instalación en el museo di santa giulia brescia 2024 foto alberto mancini 1 6 El fotógrafo Maurizio Galimberti recuerda el 50 aniversario de la masacre de Brescia
Maurizio Galimberti, Brescia, Piazza della Loggia 1974, vista de la instalación en el Museo di Santa Giulia, Brescia, 2024. Foto Alberto Mancini

Los disparos resuenan en las obras de Maurizio Galimberti en Brescia

Al recorrer el itinerario expositivo -reviviendo con emoción (incluso para aquellos que temporalmente no conocen el 74) los acontecimientos de aquel 28 de mayo- en la extensión fotográfica en blanco y negro los colores son llamativos. Raro, pero presente y eficaz para añadir tono y ritmo emocional al conjunto. Y no se trata tanto de los colores de algunos de los carteles representados. ¿Cuánto, más bien, esos puntos redondeados, impreso de forma irregular en algunos fotocollages. Son el resultado de la postproducción manual de Galimberti, quien suele intervenir -con un palo- en el proceso de desarrollo de las Polaroid. Esto da como resultado alteraciones de color aleatorias, que hacen que cada fotografía sea única. Aquí, sin embargo, esos carteles coloreados adquieren un significado aún más emblemático. Suenan como disparos. Esos disparos que se oyeron en la gran plaza de Brescia. Esos planos que uno tiene la sensación de escuchar imperceptiblemente frente a estas obras. El eco de la historia emerge aún más fuerte e impresionante.

Emma Sedini

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