Meloni-Schlein, el duelo televisivo en “Porta a Porta”: el árbitro será Vespa. El Partido Demócrata: juguemos fuera de casa

Meloni-Schlein, el duelo televisivo en “Porta a Porta”: el árbitro será Vespa. El Partido Demócrata: juguemos fuera de casa
Meloni-Schlein, el duelo televisivo en “Porta a Porta”: el árbitro será Vespa. El Partido Demócrata: juguemos fuera de casa

Prepara las palomitas de maíz. La última vez fue en 2019, cuando se cruzaron en la sala de televisión de Bruno Vespa recayó en los dos Matteis, Renzi y Salvini. Incluso si en ese caso no hubiera elecciones por las que pelear. Sin embargo, en las últimas políticas, la coincidencia entre ambos provoca igualdad de condiciones. Giorgia Meloni y Enrico Letta se presentó únicamente en el Corriere della Sera web TV. En resumen: encontrar un precedente para el duelo entre el primer ministro y Elly Schlein, retransmitido en horario de máxima audiencia el jueves 23 de mayo en Porta a Porta (el anuncio oficial del desafío llegó ayer, con una nota conjunta de los dos colaboradores), hay que remontarse al enfrentamiento Berlusconi-Prodi de 2006. El del dramático golpe de Cav en el último momento: «Aboliremos el ICI». Hace una era.

Por eso en la zona de Meloni consideran que el desafío preeuropeo con el secretario demócrata es una especie de primicia absoluta. En parte porque el encuentro cara a cara será el primero exclusivamente femenino, con el debido respeto a los actores secundarios masculinos excluidos de ambos lados (Matteo Salvini y Giuseppe Conte, «ya invitados a un enfrentamiento similar» por separado, anuncian desde la transmisión). En parte porque – afirman con un toque de orgullo desde Via della Scrofa – es “una elección sin precedentes” que un Primer Ministro en ejercicio, ni siquiera en la mitad de su mandato, acepte un desafío total con el líder de la oposición.

TERRENO DE JUEGO
En resumen, no importa si el líder demócrata finalmente tuvo que ceder en el campo. Schlein y su equipo nunca lo han ocultado: habrían preferido un estadio considerado más “neutral”, como el Sky Tg24, que permaneció en el partido hasta el final (la cadena de información fue la primera, junto con Vespa , para ofrecerse como sede del partido, seguido de La7 y Mediaset). Pero Meloni se mostró inflexible en este punto: si hay un duelo, se apostará por el servicio público, porque “no es posible acudir a una emisora ​​privada para un enfrentamiento que implique al Primer Ministro”.

Por tanto, Vespa asumirá el papel de árbitro. Y sus respectivos compañeros de entrenamiento ya están calentando fuerzas: por un lado, el rostro de la comunicación meloniana, Giovanbattista Fazzolari, y por el otro, el portavoz de confianza de Schlein, Flavio Alivernini. «Vamos al terreno más difícil, podríamos decir que jugamos fuera de casa», dicen desde el Nazareno. «Meloni quería hacerlo en Rai, el secretario respondió: donde quiera». Porque lo importante, subraya el PD, es que el encuentro cara a cara “será un momento de claridad y transparencia para tantas personas que no están mejor después de un año y medio de gobierno”.

LAS ESTRATEGIAS
La oportunidad, además, era demasiado tentadora para ambos. Y ni Meloni ni Schlein quisieron dejarlo escapar, a pesar de los vaivenes entre sus respectivos equipos que se prolongaron durante meses. También sobre las reglas de enfrentamiento: una hora después del Tg1, Vespa era la única periodista. «Será muy institucional», anticipa, «todavía tenemos que definir los detalles». La Primera Ministra está convencida de poder reivindicar los resultados de 20 meses de gobierno: desde el signo positivo de los indicadores del PIB y del empleo, pasando por la centralidad recuperada de Italia en Europa, por ejemplo con el plan Mattei, hasta el trabajo de reformas que está empezando de nuevo. Puntos destacados por Meloni también durante el encuentro (con la foto habitual) con los aspirantes a eurodiputados ayer en la Cámara (también estuvo presente Vittorio Sgarbi, quien sugirió un eslogan para el Sur: «Más vale poco de Meloni que nada de Conte»). Schlein, por el contrario, pretende sacar a la luz todo lo que no funciona para los demócratas: desde los fondos sanitarios que el secretario pide aumentar al 7,5% del PIB hasta el salario mínimo, rechazado por la mayoría. En el peor de los casos, la apuesta es que todos saldremos ganando. Porque el objetivo es común: centrarse en el choque bidireccional, galvanizar a las respectivas aficiones, eclipsar a los aliados. Al menos en esto, Meloni y Schlein no están tan alejados.

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