PAVIA – Más momentos de tensión en el interior de la prisión de Torre del Gallo en PAVIA, donde un recluso agredió brutalmente a un policía penitenciario. Este episodio, uno más en pocos días, reabre la cuestión de la seguridad en los centros de detención y hace saltar la alarma de los sindicatos.
Según lo reconstruido, el preso, que ya llevaba diez días sometido a aislamiento, se enfureció al negarle el certificado médico necesario para interrumpir la medida cautelar. Una vez fuera de la enfermería, el hombre aparentemente se volvió loco, empujó a los agentes al suelo y mordió a uno de ellos en la pantorrilla. La violencia del ataque fue tal que provocó que un trozo de piel se desprendiera del desafortunado guardia.
El oficial herido fue trasladado inmediatamente a la sala de emergencias, donde recibió tratamiento médico inicial y profilaxis contra el tétanos. El pronóstico es de cinco días. La CGIL intervino en el episodio denunciando el insostenible clima de tensión que reina en el interior de la prisión de Pavía, escenario de frecuentes ataques contra el personal. Los sindicatos reiteran la urgencia de abordar el problema del hacinamiento carcelario, una plaga que alimenta la frustración y la agresión de los presos.
“Es inaceptable que nuestros agentes se vean obligados a trabajar en estas condiciones”truenan los representantes sindicales. “Es necesaria una intervención decisiva de los políticos, tanto a nivel nacional como local, para resolver el problema del hacinamiento y garantizar la seguridad de los operadores penitenciarios”.
Además de la construcción de prisiones, la CGIL pide un refuerzo del personal de policía penitenciaria, junto con un aumento del número de educadores y personal sanitario. El último ataque en Torre del Gallo es sólo la última pieza de un mosaico alarmante que pinta un cuadro de tensión y deficiencias dentro del sistema penitenciario italiano. Un problema complejo que requiere soluciones urgentes y de gran alcance, para proteger la seguridad de quienes trabajan y viven dentro de las cárceles y para garantizar el derecho a la rehabilitación de los presos.
