Nápoles, Far West dos emboscadas en el centro: cuatro heridos

Sucedió en cuestión de minutos, en dos partes de la ciudad, en medio de la brisa de la tarde. Son las seis y media de la tarde de ayer, cuando hay quien entra en acción para ajustar cuentas y lo hace repitiendo un guión que sabe que ya ha visto. Dos emboscadas, cuatro heridos. Disparos, persecuciones, sangre, miedo.: estamos en Curso de Secondigliano y en Corso Amedeo de Saboya, a pocos pasos del esplendor del museo Capodimonte. Cuatro heridos en total, una parte de la ciudad paralizada, mujeres y niños obligados a correr bajo techo, el olor a pólvora (y miedo) que seca la saliva en la garganta y obliga a todos a repensar la emergencia armamentista en Nápoles. Pero procedamos en orden, empezando por los dos episodios que marcaron (y envenenaron) una tranquila tarde de primavera en Nápoles.

El episodio más grave es el registrado en Corso Amedeo di Savoia. Varias balas explotaron y tres resultaron heridos. Los turistas que disfrutan del paseo por el río huyen Puente Sanitaque conecta los jardines de Capodimonte (con sus tesoros artísticos) a la zona de Mann, los niños que juegan al fútbol en las aceras huyen, hay quienes abandonan una bicicleta en la calle, huyen a pie y luego regresan a buscarla una vez pasado el miedo. Los tres heridos, de 56, 56 y 61 años, que se encuentran en el hospital Pellegrini (uno de los tres se encuentra en condiciones consideradas de no poca importancia), son personas conocidas del Equipo Aéreo, que intervino en el lugar. En el pasado han sido acusados ​​de delitos contra la propiedad, hay quienes los comparan con una banda clandestina que, allá por 2009, acabó en el centro de investigaciones por malversaciones enraizadas en el sistema sanitario.

En la misma situación hay quienes disparan en otro lugar. Alta concentración de tráfico. Estamos en Corso Secondigliano, otra zona de bullicio nocturno, de coches aparcados en doble fila, de chicos y chicas ante los bares para el ritual del aperitivo. En acción Dos pistoleros atacando en moto. Centrado en las piernas Mariano Errichellinacido en 2000, hijo de Antonio Errichellise cree que es un miembro del clan Licciardi (se le conocía como ‘o chino), asesinado hace diez años, también en Corso Secondigliano. Padre e hijo, misma dinámica, destinos diferentes: Mariano Errichelli fue trasladado a la CTO, no es grave. No proporcionó ningún detalle útil a los carabinieri del comando provincial que investigaban su emboscada, limitándose a recordar que era ajeno a cualquier lógica criminal y que fue víctima de una emboscada sin motivos. Con las investigaciones en curso, la DDA de Nápoles está investigando el incidente ocurrido en Secondigliano, con la fiscal Antonella Serio trabajando, quien tiene la tarea de reconstruir la dinámica y el motivo de la emboscada. El mismo escenario de incertidumbre está vinculado a los acontecimientos de Corso Amedeo di Savoia. Acontecimientos desconectados entre sí, episodios improvisados, estallidos repentinos de rivalidad criminal. Sólo hay un hilo conductor entre episodios que parecen diferentes: la facilidad para recurrir a las armas; pero también disparar siempre y en todas partes, independientemente de lo que esté en juego y de los riesgos que deban tenerse en cuenta.

Intentemos aclararlo, también a la luz de lo ocurrido en los últimos dos meses. Lo que está sucediendo en Nápoles es una especie de guerra de baja intensidad, compuesta de redadas y emboscadas, redadas y ataques que ponen en riesgo la vida de los transeúntes y de los turistas que abarrotan las calles de Nápoles en este período. Recuerda lo que pasó con Fuorigrotta? Estamos a principios del pasado mes de abril, en vía Leopardi, cerca de un parque infantil. También aquí, un entorno idílico y relajante. Nos encontramos en la plaza recién remodelada gracias a los fondos del Pnrr, en una zona recuperada del deterioro por el ayuntamiento.

Se ve acercarse a un grupo de personas muy jóvenes, hay quienes sostienen el arma a la altura de los ojos y disparan contra un probable rival. Una mujer de 51 años, que se encontraba junto a su hija, resultó herida. Al Mattino, la mujer dijo: “Estoy traumatizada, no puedes morir así, sin motivo, ante los ojos de mi hija”. No hace falta decir que la niña fue llevada a casa llorando, fue salvada pero quedó traumatizada durante horas por una emboscada claramente al estilo de la Camorra. Y eso no es todo. A enero pasado, un episodio dramático en curso Arnaldo Lucci: ochenta disparos, un transeúnte herido (obligada a someterse a una cirugía abdominal, está fuera de peligro), pero también una joven de 19 años víctima original de la emboscada. Ochenta disparos, es justo reiterar, disparados sin interrupción hasta el punto de obligar a los comerciantes a mantener a sus clientes encerrados en las tiendas. Un testigo explicó a Il Mattino: “No dejaban de disparar, disparaban a la altura de los ojos, era un infierno”. Un escenario que empujó al prefecto Miguel de Bari convocar una comisión de orden público, con una estrategia clara: utilizar fondos públicos (y convenios con particulares) para implementar el sistema de videovigilancia en la zona. Operación de disuasión, para asegurar la ciudad de los mil colores, la que bate récords en términos de turismo, pero que sigue envenenada por las armas fáciles de un eterno polvorín.

© TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

Lea el artículo completo en
La mañana

PREV el discurso de la alcaldesa Giovanna Bruno
NEXT Abel Balbo jugó de centrocampista cuando era niño. Un Scudetto con la Roma, copas en Parma