No hay señales preocupantes de la nueva variante KP.2.

“Actualmente no hay evidencia Eso indican que se trata de una variante que genera gran preocupación».

Es la conclusión a la que llega unanálisis sobre la nueva variante KP.2 del COVID-19 realizado por investigadores de la Universidad de Sassari y del Campus Bio-Medico de la Universidad de Roma coordinados por Fabio Scarpa y Massimo Ciccozzi.

La variante KP.2 se identificó por primera vez en India a principios de enero; el pasado 3 de mayo fue incluida entre las variantes monitoreadas por la OMS. A finales de abril se volvió dominante en EE.UU. superando a la variante principal JN.1 y ahora se espera que también ocurra en el resto del mundo.

«En comparación con su antecesor directo, la variante JN.1, KP.2 tiene tres mutaciones más en la secuencia genética para la proteína Spike”, escriben los investigadores. Estas características, también observadas en variantes anteriores, se han asociado con una mayor capacidad del virus para evadir la respuesta de los anticuerpos producidos gracias a la vacunación o a una infección previa y a una mayor capacidad para entrar en las células humanas. Sin embargo, no es seguro que esto también ocurra con KP.2 e los primeros signos no son motivo de preocupación.

«No debemos cometer el error de creer que un aumento de la capacidad de adaptación de un virus corresponde a un aumento de su contagiosidad y por tanto a un mayor peligro. En realidad, a menudo ocurre lo contrario”, concluyen los investigadores. “Sin embargo, en este escenario, es fundamental permanecer alerta y estar preparados para reforzar el seguimiento genómico, actuando con cautela y sin ceder al miedo”.

(Uniónonline/vl)

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