heredero de la dinastía del astillero Il Tirreno

VIAREGGIO. Luto en el mundo náutico: falleció a los 96 años, Piero Picchiotti, uno de los grandes protagonistas de la construcción naval toscana y nacional. Ya propietario del astillero Arno de Pisa, que también comercializaba la marca Leopard (marca que luego pasó a Seven Stars), Piero Picchiotti era heredero de una larga y gloriosa dinastía de constructores navales, que comenzó ya en 1600, en el Límite de astilleros en el Arno, a pocos kilómetros de Empoli, antes de expandirse a Viareggio y Pisa, convirtiéndose en sinónimo de gran navegación de recreo.

Los origenes

Los primeros testimonios sobre la familia Picchiotti se remontan a esa época: fue entonces cuando algunos españoles encontraron alojamiento en Limite sull’Arno y allí, en la margen izquierda del río, comenzaron a construir barcos. Cuenta la leyenda que sus constantes golpes contra la madera dieron origen a su apodo, que, como suele ocurrir en Toscana, pronto se convirtió en un verdadero apellido. En 1935, Raffaello, Alessandro, Lorenzo y Nello Picchiotti transformaron el astillero “Giuseppe Picchiotti & Figli” en el “Cantieri Navale Arno”. En Limite sull’Arno, el Astillero Arno y el Astillero Picchiotti, asociados no muy lejos entre sí, colaboraron para atender numerosos pedidos de ministerios italianos y gobiernos extranjeros. Durante todo el período bélico, de las fábricas de Picchiotti salieron los famosos MAS BP, además de barcos para la Royal Navy. Sin embargo, al final de la guerra, Limite sull’Arno quedó reducida a un montón de ruinas: durante su retirada, los alemanes prendieron fuego a las obras y las fábricas quedaron completamente destruidas. La familia Picchiotti no se desanimó y, armada con su habitual determinación, afrontó la reconstrucción. Siguiendo la tecnología utilizada para construir tres dragaminas, por encargo del gobierno americano, en los años 60 se inició en la navegación de recreo, en la que se vertió la experiencia de los armadores y carpinteros que habían colaborado con el astillero durante su vida.

El comienzo de una nueva era

Desde el primer Leopard de madera, nacido en 1973, pasó una larga lista de barcos, hasta que, el 2 de agosto de 1984, se botó el primer Leopard de fibra de vidrio. Piero Picchiotti fue uno de los grandes protagonistas de esa larga temporada. Habiendo comenzado su profesión en Limite, Piero siguió a su tío Nicodemo al astillero de Viareggio, donde experimentó la transformación de la construcción naval de fines mercantiles a excavaciones exclusivamente por placer. Gracias a esta nueva producción trascendental, Piero Picchiotti tuvo la oportunidad de acercarse a una clientela muy famosa, los barcos de Gianni Agnelli y Alberto di Liegi, de Riva a Moratti e Innocenti, hasta el punto de convertirse en un consultor muy respetado para numerosos armadores de todo el mundo. el mundo. Junto con su primo Filippo, fallecido en 2012, se ocupó de la gestión de los astilleros que, sobre todo entre los años cincuenta y setenta, vivieron su época de máximo esplendor con la producción de yates de gran éxito. Como el Giglio y el Giannutri, dos de los modelos más populares del mercado. Luego, ante la imposibilidad del sector náutico de salir de la crisis, los astilleros Picchiotti se vieron obligados a cerrar. Posteriormente, la marca pasó a manos del grupo Perini, el gigante de Lucca que entretanto había aparecido en los puertos de Darsena. Piero Picchiotti vivía en el barrio Migliarina de Viareggio. deja a tus hijos Pablo Y Ana Mariaasí como nietos.

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