la aventura de cuatro venecianos y un empresario

VENECIA – En 2020 la antigua trattoria de Vignole ha cesado sus operaciones, dejando tras de sí un eco de recuerdos. Sin embargo, hoy, esa misma magia que ha encantado a generaciones de venecianos y más allá, resurge en un ambicioso proyecto. IsolaLeVignole nació del deseo de cuatro venecianos y un empresario friulano: Antonio Vianellopropietario de la antigua trattoria histórica de Vignole; Carlo Zangrando, empresario agrícola y además residente en la isla; Roberto Boempropietario de Destination Venice en Venecia; Marco Percocopropietario de la bodega Roncús en Friuli Venezia Giulia y, Francesco Ghisiniabogado veneciano del despacho homónimo de Mestre.

«Cuando vine aquí por primera vez – explica Marco Perco – descubrí una zona con un encanto único e impagable. Me fascinó el sabor mineral y salado de las verduras locales, comprendiendo inmediatamente que el vino también podía tener un sabor único, conservando y transmitiendo en sí mismo el alma de la laguna veneciana.” Marco Perco entra en contacto con Roberto Boem y es este último quien crea la sinergia con Antonio Vianello y Carlo Zangrando. El objetivo fue claro desde el principio: realzar la isla respetando su historia y su comunidad para compartir su belleza.

En el terreno de dos hectáreas que se extiende junto a la antigua trattoria, se creará un nuevo escenario para acoger la viña Dorona, que será el escenario de eventos y ceremonias, enriquecidos con visitas guiadas a los jardines orgánicos y catas de vino.

Las primeras plantaciones se realizaron con mimo, mientras que la apertura de los espacios marca un paso fundamental para compartir el alma y la belleza de la isla. «Las catas de vino y los eventos organizados en Vignole – añade Roberto Boem – ofrecen a los visitantes una oportunidad única de sumergirse en la atmósfera de la laguna y conocer la identidad y la historia de la isla poco conocida». Para Antonio Vianello, el viñedo y la nueva identidad del lugar histórico, propiedad de su familia desde hace tres generaciones, representa un apasionante punto de inflexión, que le ofrece la preciosa oportunidad de reinventar su amor por su tierra y sus productos típicos. Carlo Zangrando, el verdadero custodio de la tierra, tendrá la tarea de guiar a la gente a descubrir los huertos orgánicos, dedicados al cultivo de cuatro hectáreas de tierra, se dedica a la producción de frutas y hortalizas mixtas, con especial atención a productos típicos. «Es una oportunidad importante para el desarrollo de un proyecto que va más allá de la simple producción de vino», explica el abogado Ghisini.

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