Corría el año 1958 cuando la familia Bonomo cedió su importante posesión a la provincia de Bari, que se convirtió en el Centro de Investigación Bonomo, pero no fue hasta 2005 que este último fue acreditado por la Región de Apulia como organismo de formación. El proyecto consiste en transformar la estructura en un laboratorio para la experimentación en agricultura y la protección de frutas y hortalizas del sur de Italia, pero inevitablemente algo sale mal.
Ya en 2010 el centro de investigación quedó paralizado por cuestiones económicas, a pesar de que ya se había adquirido maquinaria científica y equipos de última generación con un gasto del orden de miles de euros, encontrándose hoy en estado de abandono, empaquetado como si fueran nuevos.
Con el paso de los años, la parálisis económica se transformó en un verdadero estado de coma, hasta que, en 2016, la estructura cerró oficialmente sus puertas.
Grave pérdida de dinero, pero también una sensacional oportunidad perdida para Andria y toda la Provincia de poder presumir de un laboratorio químico de vanguardia en el campo de la investigación y la innovación agrícola.
El Ayuntamiento, consultado por el propio Brumotti, anunció que está trabajando para que la estructura pueda transformarse en un albergue juvenil, pero no ha declarado nada sobre la maquinaria allí almacenada y nunca utilizada para los fines previstos.
Más allá de cualquier resolución futura, es imposible no sorprenderse ante la presencia de un centro de investigación que está listo para funcionar desde hace años, nunca utilizado para los objetivos previstos y que, con toda probabilidad, nunca verá su inauguración.
Una mancha de veinte años sacada a la luz por Striscia la Notizia y que no se puede borrar para Andria, la Provincia y toda la Región de Apulia.
