«Demasiada degradación e inseguridad» El mar Tirreno

Claudia Guarino

Livorno «Ya tuvimos que trabajar en la degradación ya que en la mañana encontramos afuera desechos, jeringuillas, sangre y hasta cuchillos. Luego, cuando el Ayuntamiento me dijo que quitara una capota, sobre la que previamente había dado una opinión positiva, decidí decir basta, estoy cerrando”. Así termina la era del Bottini Fusion en Viale Caprera. Con el empresario Simone Gonnelli que devuelve las llaves del edificio cívico. Por ahora lo ideal, pero “lo estamos desmantelando todo”, pronto también de forma concreta. Él mismo explica por qué.

«Demasiada degradación»

Mientras tanto, hay que decir que los adyacentes al Museo de la Ciudad son espacios propiedad del Municipio cuya gestión se encomienda a terceros mediante concurso. «Gestiono la fusión Bottini (a través de una empresa, ed) desde 2018 – explica Gonnelli – y con el tiempo empezaron los problemas». El contexto, mientras tanto. O mejor dicho, concretamente, vandalismo y robo. “Por la mañana encontramos de todo, desde botellas hasta sangre en la calle”. Y luego, los ataques protagonizados por los ladrones, que rompieron en repetidas ocasiones una de las ventanas del lugar -normalmente con la piedra del paraguas- y luego asaltaron el interior, la mayoría de las veces apuntando a la caja registradora. «Hemos sufrido cuatro a lo largo del tiempo – explica el empresario – incluso encontramos un casquillo de escopeta fuera del local». Finalmente, lo que según Gonnelli fue la gota que colmó el vaso.

«Ya basta, ya cierro»

«Nos dijeron que quitáramos una campana interna que no habría respetado algunos parámetros de extracción. Aunque hace un tiempo tuvimos permiso para instalarlo así allí. Me gustaría saber cómo puedo trabajar sin capucha. Además, también nos negaron terrenos públicos”. Por este motivo “el contrato de los empleados finalizó el 30 de abril y ahora estamos desmontando todo”. Además, algunos trabajadores, que prefieren permanecer en el anonimato, intervienen en la cuestión hablando de relaciones laborales no óptimas entre empleador y empleados, haciendo referencia a la aplicación del contrato. Una pregunta que asombra a Gonnelli. «No es posible – dice – siempre hemos tenido relaciones relajadas y tranquilas». Lo cierto es que, disputas aparte, lo cierto es que Bottini Fusion Made in Gonnelli ha cerrado oficialmente sus puertas.

“Pecado”

«Es una pena – dice el empresario – porque hemos gastado dinero y energía en este proyecto. Pero no podíamos hacer otra cosa, dada la situación que se creó”. Ahora necesitamos entender qué pasará con el fondo del Municipio. Es muy probable que avancemos hacia una nueva licitación, aunque, concluye Gonnelli, «me han reclamado por la falta de aviso, que según ellos debería haber sido de seis meses. Pero no había condiciones para continuar. Y eso es lo que también afirma mi abogado.” l

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