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Quince muertos, 23 ríos desbordados. Alrededor de 40 mil desplazados. 250 desastres y deslizamientos de tierra. En tan sólo 36 horas cayeron casi 200 mm de agua. Estos son los números de los desastrosos inundaciones registrado en Emilia Romagna del 2 al 17 de mayo de 2023. Hoy exactamente un año, desde el comienzo de la pesadilla que invadió nuestro territorio, sembrando destrucción y muerte. Una herida profunda que no sanará. Escenas apocalípticas que quedan impresas en la mente de quienes las vivieron, de quienes lo perdieron todo en el barro. Casas, negocios, campos, empresas. Y con ellos los sueños y sacrificios de toda una vida.
12 meses después de aquel infierno todavía nos enfrentamos a carreteras en mal estado, obras en proceso de activación, terraplenes que limpiar, infraestructuras que restaurar. Miles de millones de daños y quién sabe cuántos meses más de obras antes de que los signos de la furia del agua desaparezcan de nuestra tierra.
¿Qué provocó la dramática inundación en Emilia Romagna?
Un acontecimiento de excepcional importancia, que dejó un reguero de interrogantes a su paso. ¿Cómo pudo pasar esto? ¿Se podría haber hecho más para prevenir su alcance y efectos?
Entre las causas del desastre se encuentran el rápido e inusual deshielo y la sequía, que ya azotaron la región durante el período invernal. Incluso desde el punto de vista meteorológico, la situación reunió una serie de circunstancias desfavorables que determinaron el alcance excepcional del evento, como explicó a BolognaToday el meteorólogo Edoardo Ferrara de 3bmeteo: “El protagonista de este dramático evento fue un ciclón mediterráneo inusualmente intenso para el mes de mayo de 2023” – continúa Ferrara – “nacido en las costas del norte de África, el ciclón subió luego por nuestra península desde el sur partiendo de Sicilia. De hecho, la perturbación en sí ya era bastante violenta con lluvias intensas, pero una vez que llegó a Emilia Romagna las precipitaciones se exasperaron aún más con el llamado ‘efecto stau’. En concreto, las corrientes de Grecal, ricas en humedad, chocaron con el espolón de los Apeninos, arrojando grandes cantidades de lluvia constantemente en las mismas zonas. A esta situación se sumaron varios agravantes: el ciclón prácticamente se detuvo al llegar al centro de Italia, prolongando así el mal tiempo; los fuertes vientos bora en la costa con mares agitados también obstaculizaron el flujo de agua desde los Apeninos hacia el Adriático; el terreno ya quedó empapado de agua debido a la inundación de hace apenas dos semanas, siempre en la misma zona y con causas muy similares a las actuales”.