E-Work quiere cerrar las cuentas. Después del gran éxito del primer partido, conseguido con adrenalina y con el corazón en la parrilla, mañana el equipo de Faenza bajará a Battipaglia para asegurarse el pase de supervivencia (PalaZauli, 19 h).
Si las cosas van mal, el domingo habrá un buen partido en Bubani: un escenario que Franceschelli y sus compañeros prefieren evitar, también porque la primera ronda ha certificado que todo puede pasar entre estos dos equipos. El técnico Paolo Seletti se muestra decidido y realista. «Somos perfectamente conscientes de que no tenemos muchos cartuchos en la cartera y por eso intentaremos cerrar el asunto de inmediato. Garauno estuvo realmente extraño: además del inicio doblemente retrasado, en los dos primeros cuartos sentimos que estábamos en la pesadilla de esta temporada, donde todo iba mal y luego, atacando nuestra energía y carácter, le dimos la vuelta. Se vio poco baloncesto en ambos lados. Ir a Battipaglia a repetir un partido como éste es realmente arriesgado: si vas 10-15 puntos abajo, como pasó en Faenza, resulta difícil recuperarse. Tendremos que jugar con más orden, control y menos improvisación”.
También es difícil replicar el 56% de tres (destaca el fantástico 4/5 de Peresson): «Me temo que sí, por lo que será fundamental mantener la puntuación baja. Necesitaremos mayor precisión desde abajo y capacidad para conseguir algunos tiros libres más”.
E-Work encontrará un ambiente especialmente cálido. «Battipaglia es una plaza cálida y apasionada, donde se escucha y se sigue el baloncesto. Jugaremos 5 contra 6, pero esto debe motivarnos y no asustarnos”.
Los Manfrede han demostrado que tienen carácter y personalidad, remontándose a lo grande en el momento de mayor dificultad y encontrando una aportación significativa de casi todos los protagonistas. El cargo lo jugó el capitán Franceschelli, mientras Peresson estuvo quirúrgico desde el arco, mientras Cvijanovic y Tagliamento anotaron canastas importantísimas en la fase crucial, o Dixon, en un doble-doble con 15 puntos y 12 rebotes, fue el emblema de la continuidad, pues apoyada por la habitual Brossmann, encomiable por su sacrificio y ganas de luchar. Spinelli y Niemojewska estuvieron un poco extrañados (3 puntos para el primero, el jugador polaco sin gol): si también entran en el partido de mañana, Faenza tendrá una razón más para esperar una salvación inmediata.