condenado a un año y medio y a pagar una indemnización de 20.000 euros

condenado a un año y medio y a pagar una indemnización de 20.000 euros
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“Antes que gastar 5.000 euros en un abogado para la separación, os mato.” Acoso, palizas y amenazas de muerte a su esposa enferma de esclerosis múltiple, a quien se había dirigido varias veces con expresiones crudas y violentas, incluso empuñando un cuchillo y sin escrúpulos en denigrarla precisamente por la patología neurológica que padece. Los hechos, de los que fue víctima una mujer de Rimini durante muchos años, fueron confirmados por numerosos testigos durante el proceso que concluyó con la condena de su marido. Un año y medio de prisión (pena suspendida) y una cantidad de 20.000 euros en concepto de indemnización por daños y perjuicios que deberá pagar a la exmujer, asistida como parte civil por la abogada Giovanna Ollà. El hombre, sin embargo, fue defendido por el abogado Cristian Brighi.

el infierno

Salió de su vida cotidiana de miedo y agresión, desafiando sus mil vacilaciones para presentar una denuncia, aterrorizada de que su marido no la encontrara en casa cuando regresara del trabajo porque ella aún no había regresado del cuartel o, peor aún, porque había tenido conocimiento de la denuncia. Sin embargo, también fue decisiva la intervención de los Carabinieri en el domicilio conyugal, tras una dura disputa por motivos económicos, cuando el marido amenazó a su mujer con apuñalarla en cuanto se marchara un familiar que se encontraba en la casa con ellos. En el juicio, la mujer habló de los numerosos ataques verbales y físicos del hombre desde que se comprometieron.

Durante su convivencia, en los últimos años de su matrimonio, las palizas se habían vuelto incluso cotidianas, pero ella, como dijo en el juicio, “para mantener unida a la familia, más o menos siempre lo perdoné”.

En el juicio, el marido siempre lo ha negado todo. Las pruebas aportadas, también en este caso (como lo hizo la mujer) consistieron en los testimonios de personas cercanas a él, en su mayoría familiares, como su madre y su hermano, quienes negaron haber presenciado acciones violentas u opresivas. Según ellos, la relación entre marido y mujer se desarrollaba según la dinámica absolutamente normal de una familia corriente.

El juez, sin embargo, no estuvo de acuerdo con ellos y decidió la condena del marido por malos tratos en el ámbito familiar.

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