Turín, Teatro Regio: “Le Villi” – GBOPERA

Turín, Teatro Regio, temporada de ópera y ballet 2023-2024
“LAS VILLAS”
OBaile de pera en dos actos con libreto de Ferdinando Fontana
Musica por Giacomo Puccini
ana ROBERTA MANTEGNA
roberto AZER ZADA
William Wulf SIMON PIAZOLA
Orquesta y Coro del Teatro Regio Torino
Director
Ricardo Frizza
maestro de coro
Ulises Trabacchin
Dirección Muelle Francesco Maestrini
Escenas Guillermo Nova
Disfraces Luca Dell’Alpi
Luces
Bruno Ciulli
Coreografía Michele Cosentino
Nueva puesta en escena del Teatro Regio Torino
Turín, 23 de abril de 2024
En el centenario, para un teatro que, gracias a las “creaciones” de Manon y Bohéme, se siente indiscutiblemente pucciniano, “Le Villi” era una parada obligada. La sobreabundante programación del Teatro Regio dedicada a la zona de Lucca debía incluir inevitablemente esta primera obra de Giacomo, de veintiséis años, con apenas unas pocas composiciones orquestales de carácter marcadamente wagneriano a sus espaldas. La escuela milanesa de scapigliatura, cercana a Puccini, se exaltó y trató de compararse con la música del formidable Riccardo. La orquestación robusta y articulada del Capricho sinfónico Y De crisantemos es prueba de cuánto influenciaron su autor. El vellosidades, muy débil tanto por el improbable acontecimiento como por los versos de Ferdinando Fontana, recupera fuerza de páginas sinfónicas que, si no recuperadas de composiciones pasadas, muestran una inspiración idéntica. La exuberante Orquesta de Teatro Regio de Turín dirigido con convicción y eficacia, aunque a veces exagerado, por Ricardo Frizza maximiza la calidad de la partitura. Este entusiasmo ejecutivo está asociado con Coro del Teatro Regio a lo que no siempre la calma del sabio maestro Ulises Trabacchin consigue comprometer una atenuación prudente del volumen. Los tres solistas son puestos a prueba en un intento de emerger de la masa orquestal. el tenor Azer Zadaque reemplazó al esperado Martin Muehle en el papel de Roberto, ciertamente no tiene una voz capaz de superar el quizás momento. más conocida de la ópera, el aria Volver a los días felices con recitativo relacionado. El timbre es pálido y la voz débil. Para él, superar la barrera creada por el foso resultó ser una tarea imposible. Para aquellos sentados en medio de la audiencia, escuchar podría ser muy virtual. El libreto inflige una división absoluta de la personalidad de Anna, la protagonista: comienza como una chica muy tímida y lírica en Si yo fuera pequeño como tusólo para luego tener que ponerse en la piel de un vengador enojado en ¿Recuerdas lo que dijiste? del segundo acto. El carácter, técnica y voz de Roberta Mantegna ganan y se imponen cuando se trata de Villi, palidecen cuando Anna es una chica apasionada y enamorada. William Wulf es el típico padre convencional que se muestra alegre en las celebraciones del compromiso y enojado y vengativo cuando el dolor del abandono mata a su hija. Simón Piazzolla, supera con fuerza las barreras del foso y lleva a cabo con confianza la doble caracterización del personaje. El cartel no informa de la presencia de un grupo de danza, lo que para una ópera-danza como dice el subtítulo resulta muy extraño, por lo que se supone que las eficaces y múltiples intervenciones de los pseudo-danzantes son realizadas por “genéricos” entrenados para animar. la escena de Michele Cosentino en sus funciones de coreógrafo y asistente de dirección. La dirección de Muelle Francesco Maestrini intenta racionalizar y conectar las discontinuidades narrativas del libreto con una acción que, con un poco de molestia, se desarrolla rodeada de las escenas hipertróficas y chillonas de Guillermo Nova quienes, en el primer acto, transforman la umbría de la Selva Negra en un invernadero tropical soleado y muy florido; y luego cae, en el segundo, en una maraña de troncos similar a la de los Nibelungos. Las proyecciones altamente calibradas y la iluminación puntual de Bruno Ciulli contribuir a una sugerencia fuerte. Luca Dell’Alpi viste inapropiadamente al coro de juerguistas del primer acto como si estuvieran invitados al brindis inaugural de La Traviata y a las amenazantes larvas finales como los chimpancés que Kubrik hace saltar alrededor del monolito de Odisea en el espacio. En nuestra actuación, una vez que el abono de la temporada B, fue el más concurrido, lamentablemente esta vez no fue así. Sorprende la aparición del invernadero tropical en la primera apertura del telón y de la nevada, en proyección, para la segunda parte. Por lo demás, aplausos moderados sin particular triunfalismo. Foto Daniele Ratt

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