Para Remo garantiza Gasp. Freuler, capitán y líder para conducir el coche en las últimas cinco curvas

Para Remo garantiza Gasp. Freuler, capitán y líder para conducir el coche en las últimas cinco curvas
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Un capitán es para siempre: pero no en el Bolonia de Motta. En cuanto a la alternancia en el poder, es difícil encontrar pruebas más concretas de la forma en que Motta movió el brazalete de capitán de un brazo al otro de sus jugadores durante la temporada.

Huérfano de Ferguson, que en los últimos meses con su hegemonía había acabado con la alternancia, Thiago en Roma bautizó a Freuler y no hay razón para pensar que hoy en el Udinese el capitán sea otro que Remo.

El capitán Remo, además, es el personaje perfecto para liderar el submarino rossoblù veinte mil leguas bajo los mares de Europa. Pero Thiago Motta y Giovanni Sartori tienen algo que ver con esta historia más que Julio Verne. Cuando en verano el ex artífice del milagro del Atalanta intuyó que Freuler daba por terminada su aventura en Nottingham Forest, no pensó ni un momento en hablar de ello con Motta, que en ese momento estaba a la caza de un experto. Navegante capaz de surcar todos los mares.

Freuler, tras un rodaje algo más largo de lo esperado, partido tras partido tomó las riendas del equipo, convirtiéndose en el eje de las dos fases, defensiva y ofensiva: el famoso ‘1’ delante de la zaga a la que Motta, y no sólo eso (a Giancarlo Marocchi le encanta repetir que “Freuler debe jugar siempre, luego yo elijo a los otros diez”), nunca se rendiría.

Una cuestión de características técnicas, así como de uso para combate y gran altura. Basta con hojear el currículum del Freuler de Bérgamo. Llegado al Dea en la segunda parte de la temporada 2015-16, procedente del siguiente campeonato, y durante seis temporadas consecutivas, Freuler representó uno de los pilares de la criatura de Gasperini, con quien consiguió tres terceros puestos en el campeonato, un cuarto, un séptimo y un octavo. Por eso Remo, en un Bolonia cuarto clasificado y con vistas a la Liga de Campeones, se siente tan cómodo como un tuareg en el Sahara: conoce todas las dunas, presiente los peligros, no se asusta ante la adversidad y siempre tiene la dirección de la ruta en mente.

Esto también se aplica a Freuler, que ahora marcará el rumbo de los últimos 450 minutos decisivos de la temporada. Con él esta semana tomó forma el once que hoy nombrará oficialmente Thiago y en el que quedan las habituales cuestiones sin resolver. Después de la prueba de compacidad ofrecida en el Olímpico, avanzamos hacia la reconfirmación del trío Beukema-Lucumi-Calafiori en defensa, con Posch completando la línea.

En el centro del campo, con Freuler y Aebischer asegurados sus puestos, suele haber una amplia carrera por la tercera camiseta. El Azzouzi parte con una ligera ventaja, aunque sólo sea porque fue uno de los mejores en el campo con la Roma.

Pero Fabbian está presionando para regresar como titular, Urbanski es la tercera rueda (el centrocampista es su papel natural) y Moro es la última opción.

En ataque, sin embargo, Zirkzee y Saelemakers parecen dos certezas, mientras que Orsolini (primer gol de los rossoblù contra el Udinese, en el 2-1 contra Dall’Ara el 30 de septiembre de 2018) espera ganar la segunda vuelta con Ndoye. Porque la carrera va bien, pero para socavar el búnker friulano se necesitan sobre todo objetivos.

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