Un descubrimiento nunca antes contado, al que está dedicado el episodio de “Paesi che vai” del domingo 28 de abril, emitido a las 14 horas en Rai 2: dos grandes lienzos, atribuidos a Giorgio Vasari, que representan el Sermón del Bautista y el Bautismo de Jesús, y que juntos formaban un estandarte para ser llevado en procesión.
Livio Leonardi narra el increíble descubrimiento de uno de los dos lienzos, olvidado en los depósitos del campanario de una iglesia, del cual, gracias a la experta investigación de la Dra. Serena Nocentini, fue posible restablecer la paternidad del famoso Artista de Arezzo. El descubrimiento es tan reciente que la atribución será confirmada tras las necesarias restauraciones y estudios, pero hay indicios muy fuertes de una posibilidad concreta de añadir las dos obras al catálogo de Giorgio Vasari. Pintor manierista, supo distinguirse y establecerse entre los intelectuales más estimados de su tiempo gracias a sus múltiples talentos. De hecho, fue escenógrafo, arquitecto y padre de la historia del arte moderno, gracias a la edición de “Las vidas de los más excelentes pintores, escultores y arquitectos”, o más simplemente “las Vidas”.
Giorgio Vasari, a pesar del alcance internacional de su fama, siempre permaneció vinculado a Arezzo, y “Paesi che vai” visita los lugares que le eran queridos y que influyeron en su educación, como la Catedral de la ciudad, donde dio sus primeros pasos de su carrera artística, en el taller del francés Guillaume de Marcillat. Su ingenio arquitectónico explotó gracias a su asociación con Cosme I de Medici, que también condujo a la creación del Acueducto Vasari. Importante es su casa, a la que el artista dedicó tantas energías, convirtiéndola en el manifiesto manierista de su producción. Sin olvidar las innovaciones urbanísticas, como el Palazzo delle Logge en Piazza Grande, o las obras más personales como el monumento funerario en la Badia delle SS. Flora y Lucila.
Las cámaras muestran también otras maravillas conservadas en Arezzo, como el fascinante crucifijo de Cimabue, antes de salir de la ciudad y descubrir la antigua tradición de las plantas medicinales y los bosques de Casentino.
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