Unidos a la VIDA para tener VIDA
La vid es una imagen que nos recuerda al vino, a la alegría, a la creatividad, al éxtasis, a la inspiración. Para inspirarnos debemos estar unidos a Jesús. Desde esta unión en alegría él nos dará frutos abundantes para su Iglesia.
Los jóvenes y los niños -también los adultos- necesitan una Iglesia alegre y comprometida, casa y laboratorio de experiencias que conduzcan al encuentro con Aquella que es la vid verdadera. Nuevos lenguajes, nuevas plataformas y, sobre todo, compartir tiempo con los jóvenes es una hermosa tarea que podemos extraer del vino nuevo del Evangelio, que acaba transformando nuestro estancamiento y desgana. Estar unidos a la vid es garantía de una vida llena de sentido, de una vida fecunda, de una vida derrochada en el vino del amor.
Dinos:
“Yo soy tu fuente de energía, si te unes a mí, te cargaré las pilas, tendrás luz y energía, te llenaré… Si no te unes a mí vivirás con hambre o sin techo. Únase a mí, porque yo soy la vid verdadera.
Con muchos niños y niñas haciendo su Primera Comunión en estos días, transmitimos la alegría de creer, de Jesús deslizándose en nuestros corazones, hecho pan, hecho vino, hecho alegría y amor.
Transmitamos a todos la alegría de estar unidos a la Vid para tener vida: la alegría de Caná, la alegría de María, la alegría de la Iglesia que es Comunidad del Resucitado.
Diseño: Patxi Fano
Leer la oración infantil del domingo.