Museo del Barco, los pecios vuelven a brillar

Desde su reapertura al público en octubre de 2021, el Museo Naval de Fiumicino ha llevado a cabo simultáneamente importantes trabajos de restauración que afectan a todos los pecios, uno tras otro. Restauración que, más de 60 años después del descubrimiento, es necesaria, también porque desde su descubrimiento, entre finales de los años 50 y principios de los 60, los barcos fueron objeto de consolidaciones y restauraciones con técnicas y materiales hoy obsoletos que resultaron nocivos. a la larga. La intervención en cada pecio implicó la retirada de las sustancias aplicadas sobre la madera desde el momento de su descubrimiento hasta la década de 1980. En aquella época se utilizaban resinas, mordientes y sustancias acrílicas, utilizadas con el objetivo de proteger la madera, que sin embargo creaban una especie de capa exterior, sin consolidar la estructura. Por tanto, la esencia amaderada permaneció bastante frágil.

Por tanto, la intervención en curso parece casi una desrestauración. Se basa, de hecho, en la eliminación de dichas sustancias con sistemas de compresas extractivas mediante gel o pulpa de celulosa en las que se disuelven sustancias de base alcohólica o cetónica, según el caso. Desde un punto de vista conservador, la eliminación de las sustancias superpuestas permite realizar una adecuada intervención de consolidación; Desde el punto de vista estético se vuelve a apreciar el color original de la madera, que se había alterado tras la aplicación de resinas y sustancias acrílicas, quedando prácticamente negra. Las restauraciones se referían inicialmente a la gran naviscaudicaria (barcaza fluvial) Fiumicino 2, la más grande descubierta en el Puerto de Claudio; luego se trasladaron a Fiumicino 1, la otra gran navis caudicaria; después se ha involucrado al Fiumicino 4, un pequeño barco destinado a la navegación costera con funciones comerciales, y ahora se está abordando el entablado del Fiumicino 3, la tercera de las naves caudicariae, y del Fiumicino 5, el -Denominada “Barca del Pescador”, una pequeña embarcación que en su interior cuenta con un tanque para conservar las capturas vivas. Para restaurar los barcos directamente dentro del museo y durante el horario de apertura al público, se decidió crear un área de construcción aislada pero al mismo tiempo transparente, para que los visitantes puedan ver el progreso de los trabajos como parte integral de la exposición. itinerario. Desde un principio, el Museo del Barco se ha configurado como un museo en proceso, en el que la disposición y las actividades pueden modificar el itinerario y la experiencia de visita en cada momento.

Entre las últimas novedades destaca la exposición panel “Sette anni a Portus” que relata las investigaciones realizadas por la Universidad de Huelva en el Molo della Lanterna, dentro del área arqueológica de los Puertos de Claudio y Trajano, y la integración en la preparación de unas ánforas romanas, muchas de ellas procedentes del mar, que dan cuenta de la variedad de tipologías de estos contenedores de transporte cuya forma y tamaño variaban en función del contenido, lugar y momento de producción.

por Marina Lo Blundo – Parque Arqueológico de Ostia Antica

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