Error 404: Historia y leyendas
Son muchas las leyendas que giran en torno al error 404, es decir, esa pantalla de advertencia bastante molesta que aparece cuando intentas abrir una página de un sitio pero no se encuentra el recurso en cuestión. Básicamente, el mensaje de error nos dice que la dirección ingresada no se encontró en el servidor indicado.
¿Por qué 404?
La historia oficial y más creíble se refiere al World Wide Web Consortium, es decir, quien se encarga de definir los estándares gracias a los cuales funciona la Web, que en su momento preparó una serie de posibles mensajes de comunicación entre el ordenador que solicita una página web y el servidor en el que se almacenan estos documentos.
Hay varios grupos de mensajes, cada uno identificado con códigos de tres dígitos que comienzan con un número que va del 1 al 5 (1xx Información, 2xx Éxito, 3xx Redirección, 4xx Error del cliente, 5xx Error del servidor).
Por ejemplo:
100 Continuar
101 protocolos de conmutación
102 Procesamiento
Etcétera.
Hay 51 errores numerados, de los cuales 21 en el 4xx (que también incluye el 404).
Por tanto, este error no sería más que un número progresivo que se produjo de forma aleatoria.
Robert Cailliau (pionero junto con Berners-Lee de la estructura de hipertexto que condujo a la Web) dijo: “Cuando escribes código para un nuevo sistema, no pierdes demasiado tiempo escribiendo mensajes largos para situaciones en las que encuentras un error. También porque, en aquel momento, convenía ahorrar espacio y los mensajes largos no eran prácticos para este fin. Los geeks modernos ya no saben lo que significa programar con 64k de memoria. Por esta razón, encontrar intervalos numéricos para indicar errores fue la solución óptima. Los errores del cliente se enumeraron en el rango “400” y, por lo tanto, “404” era una asignación para “No encontrado”.
