Messina, gran fiesta en Curcuraci: recibió al nuevo párroco Don Gianmarco Restuccia

Messina, gran fiesta en Curcuraci: recibió al nuevo párroco Don Gianmarco Restuccia
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Gran celebración para los habitantes de Curcuraci que dieron la bienvenida al nuevo párroco, Don Gianmarco Restuccia. Tranquilo y maduro, acogedor para todos, el sacerdote de 28 años, casi un año después de su ordenación, fue llamado a dirigir la comunidad que lleva el nombre de Santa María dei Bianchi, custodia de importantes tradiciones y deseosa de continuar el camino de la fe con nuevo impulso. Un vínculo antiguo entre el joven y la parroquia, que se remonta al bautismo de María, su abuela materna, el primero realizado en la iglesia tras la reconstrucción.

Nacido en el pueblo de Contesse donde nació y creció su vocación, para él la parroquia siempre ha sido sinónimo de hogar, un espacio seguro donde compartir con los demás el privilegio de buscar y encontrar la sonrisa de Dios en los enfermos, en los frágiles, en las personas sol, en los niños; comenzó como servidor, luego catequista, animador del Oratorio y corista. Acompañado por el arzobispo que celebró el rito de admisión canónica y por la comunidad de Santa Maria di Gesù a Ritiro – de la que era vicepárroco – que idealmente lo confió a la nueva familia, el joven fue acogido por los fieles de Curcuraci y por las autoridades civiles locales; una presencia gozosa compartida en sencillez con su madre y su hermana, con la comunidad de las Condesas y sus hermanos sacerdotes presentes.

Don Restuccia toma el relevo del padre Giuseppe Gentile, un cambio generacional que, sin embargo, expresa la continuidad de un camino de fe, afirmó mons. Giovanni Accolla subraya cómo el compromiso del párroco, más allá de las actividades de culto, es anunciar el misterio de Cristo especialmente a los que están lejos: “Vivir entre los hombres, encontrar sus sonrisas, sus miradas, aprender a leer también su silencio, caminar siempre junto a los pequeños no sólo en términos de edad, sino también con aquellos que viven en los márgenes”, dijo el arzobispo al sacerdote.

El padre Gianmarco, que desempeña también el delicado papel de ecónomo del seminario, tiene a sus espaldas un rico bagaje cultural y espiritual; entre las etapas, la diplomatura en Ciencias Humanas, los estudios teológicos en San Tommaso y la licenciatura en Ciencias Pedagógicas. Su programa pastoral incluye “la atención a los enfermos y a los ancianos, la cooperación con los jóvenes y las familias, con las religiosas Hijas del Divino Celo y con las autoridades”: “Aprendí de primera mano lo impredecible que es Dios”, dijo el joven, pidiendo a la comunidad que orad siempre por él y con él”.

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