25 DE ABRIL, EL IMPROBABLE EQUILIBRISMO DEL ALCALDE DE LATINA

Día de la Liberación, la memoria de la alcaldesa de Latina Matilde Celentano quien también menciona el Día del Recuerdo

Queridos conciudadanos, gracias a todos por estar aquí, en Largo Fabiano en Borgo San Michele, para celebrar hoy, 25 de abril de 2024, el 79° aniversario de la Liberación.

Saludo y agradezco al Prefecto de Latina Maurizio Falco, a las autoridades civiles, militares y religiosas, a los alcaldes de la provincia, a la presidenta provincial de la ANPI Teresa Pampena, a todas las asociaciones combatientes y militares presentes con sus pancartas. Saludo y agradezco a los miembros del Ejecutivo y del Ayuntamiento que, conmigo, comparten los valores de esta celebración. Saludo y agradezco al párroco don Paolo su colaboración y a los voluntarios del pueblo que desde hace tiempo mantienen en orden estos lugares.

El 25 de abril es la celebración de todos los italianos que se reconocen en la democracia, la libertad y la solidaridad consagradas en nuestra Constitución republicana. Es un honor celebrarlo en nuestra ciudad y esta vez, la primera para mí como alcalde, aquí en Borgo San Michele. Uno de nuestros pueblos, un componente esencial de nuestra comunidad.

El 25 de abril marca el fin de la Segunda Guerra Mundial, por tanto de la ocupación nazi, de los veinte años de fascismo, de los bombardeos. Este es un día importante para todos nosotros, una fecha que por sí sola representa las raíces de nuestra democracia republicana.

Queremos dedicar el 25 de abril a la conmemoración de todos los caídos, condenando los regímenes totalitarios del siglo XX y hoy, defendiendo los valores de la democracia, que es un patrimonio indispensable.

Latina es una ciudad que, fundada hace algunos años, con los sacrificios de los recuperadores de tierras y de los pioneros que vinieron de lejos para cultivar el trigo, pagó muy caro el precio de la guerra, con los bombardeos que golpearon el corazón de los nuevos edificios y trajo miseria y muerte.

Los ciudadanos de Latina supieron resistir, con fuerza y ​​coraje, afrontando con entusiasmo los años de reconstrucción. Latina se ha renovado con la apertura que la ha caracterizado desde su génesis, acogiendo a los exiliados juliano-dálmatas y luego a los refugiados de los países del Este, que huyen de los regímenes comunistas.

El 25 de abril no fue el Día de la Liberación para todos los italianos. Los compatriotas de Istria, Fiume y Dalmacia continuaron viviendo una guerra civil, abrumados por una espiral de odio, barbarie y muertes. Se vieron obligados a abandonar sus hogares, sus tierras. Nuestra ciudad fue testigo de su éxodo. Y lo recordamos con motivo del Día del Recuerdo.

Aquí, en este día de celebración, para todos los que celebramos la liberación y los valores de la Constitución, mi pensamiento se dirige también a nuestros compatriotas que fueron duramente penalizados por el Tratado de París. Hoy es un momento de paz y pacificación, se lo debemos a nuestros jóvenes, ciudadanos latinos, italianos y europeos.

Debemos anclarnos en los valores de la Constitución para afrontar el particular momento histórico que vivimos, con una guerra en Europa y numerosos conflictos en todas partes del mundo. En este contexto, hoy más que nunca, es necesario reiterar la importancia de los valores de libertad e igualdad, democracia e independencia, principios fundamentales que recuerda nuestra Constitución y que hoy deben expresarse en la centralidad de la dignidad de la persona. , en la justicia social, respetando el medio ambiente como parte integral de nuestra vida diaria, en repudio a la guerra, grabado en el artículo 11“.

Un discurso, el del alcalde de Latina, que para recordar quién fue penalizado en esa Resistencia, y en las que vinieron después, se olvida de hablar de la Resistencia misma, de los valores que abrazaron muchos partidos: liberales, católicos. , comunistas, socialistas, etc. – y descrito y contado por historiadores, escritores, directores, periodistas. Hablar del Día del Recuerdo y del Tratado de París está francamente fuera de tema. Un intento de equilibrio en la Italia meloniana, de la que Celentano es un exponente autorizado, siendo alcalde de la segunda ciudad del Lacio.

Hablar de Istria, Fiume y Dalmacia está bien para otras ocasiones. Hoy no. Hoy es el día de la Liberación de veinte años de fascismo, recordado al menos, pero débilmente, por la alcaldesa como si fuera un pasaje entre muchos de su discurso. Y en cambio, tenía que ser el tema central, sin invadir otros campos, hasta el punto de que las palabras de hoy pretenden principalmente no disgustar a aquellos de sus votantes que todavía viven de recuerdos desviados y bustos del Duce. Una astucia de la que no se puede escapar y que hay que estigmatizar.

Desde el debate nacional, imaginamos cada vez más un hedor fascista que viene de lejos, de años de guiños institucionales, empezando por Berlusconimo. Ser antifascista es una circunstancia clara en todas partes, en todas las democracias de Europa occidental, pero cada vez menos, porque fuera de Italia no les va muy bien con las regurgitaciones negras. Incluso Latina, con su tracción meloniana, ha quedado ahogada entre quienes no tienen el coraje de llamarse tales, es decir, antifascistas. “Sin memoria – afirmó el Presidente de la República Sergio Mattarella – no hay futuro”.

Y el cuento de la ciudad negra ya no es válido. Aquí lo que parece es que la máxima institución quiso pronunciar un discurso de tal manera que no fuera llamado de Roma. Al igual que lo que pasó hace meses, con el vergonzoso cortocircuito de Lazio Pride y Tiziano Ferro. Hoy, como ayer -era el verano de 2023, el de la polémica por el Orgullo de Lazio-, la sensación es que el alcalde Celentano no tiene nada en común con las posiciones más retrógradas de la derecha que gobierna en Italia. Excepto que ella no puede decir ciertas cosas y lo que gana, como se mencionó, es un improbable acto de equilibrio que la expone a malas impresiones.

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