Atención sanitaria, Piamonte necesita un plan. Diez años de fracasos bipartidistas

Atención sanitaria, Piamonte necesita un plan. Diez años de fracasos bipartidistas
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Stefano Rizzi 07:00 viernes 26 de abril de 2024

Ni el centro izquierda ni el centro derecha han llevado a cabo la tarea fundamental de la Región: la planificación. Llevamos demasiado tiempo navegando de vista, persiguiendo problemas y gastando mal recursos enormes (9 mil millones). Ahora ya no hay coartadas.


Nueve mil millones para hacer funcionar el sistema sanitario del Piamonte. ¿Pocos? ¿Insuficiente? Probablemente sí, si consideramos el casi imperceptible aumento de recursos que la distribución del fondo de salud ha destinado a Piamonterespecto al año anterior y al anterior, sin olvidar los fondos prometidos por el entonces ministro de Sanidad Roberto Esperanza para cubrir parcialmente los enormes gastos de emergencia COVID-19 y nunca llegó. Pero si esto es lo que pasa el convento, entendido como gobierno, un problema no menos importante por el impacto en los servicios a los ciudadanos es la forma en que se gastan los recursos, ya de por sí no abundantes. Y para aprovechar al máximo los recursos, es necesario llevar a la práctica la que ha sido la principal función asignada a las Regiones desde su creación en 1970, es decir, la planificación.

Una tarea que, año tras año, década tras década, las autoridades locales han descuidado, extendido a otra cosa y a menudo desviada de manera extraña e incomprensible hacia cuestiones ajenas a su papel. Con el inevitable resultado de encontrarnos navegando de vista en un mar embravecido, como ha sido el caso de la sanidad hoy en día, y seguir tapando goteras sin tener una ruta trazada. Metáfora aparte, esa ruta se llama plan sociosanitario y es, o debería ser, la principal herramienta para gobernar la salud, después de haberla planificado en todos sus aspectos sin dejar incertidumbres y zonas grises donde muchas veces actúan las articulaciones del sistema en el territorio. demasiado autónomamente o, peor aún, no actúan en absoluto.

El Piamonte necesita desde hace diez años un plan social y sanitario nuevo, actualizado y eficaz y nadie, independientemente de sus tendencias políticas, puede eximirse de una responsabilidad que, hoy más que nunca, pesa sobre la eficacia del sistema y, en consecuencia, sobre la pacientes. No pueden dejar de asumir la responsabilidad por este retraso. PD y toda la centroizquierda que ni siquiera esbozó el inicio de un proceso legislativo en este sentido durante el quinquenio del consejo presidido por Sergio Chiamparino. El plan de retorno primero y la ansiada salida de él después no parecen elementos suficientes para justificar un estancamiento de la entonces mayoría en el Consejo Regional en lo que respecta al instrumento de programación. Sustituida y tal vez incluso anulada por la infame resolución 1/600 del Consejo, que tuvo un impacto muy fuerte en la red hospitalaria y, en particular, en la reducción de camas cuyos efectos aún se sienten. Un forzamiento, motivado por el citado plan de recuperación, frente a un plan sociosanitario que fue profundamente modificado por éste, sin siquiera discusión previa en la cámara.

La misma cámara que, habiendo cambiado la mayoría, no ha dado ningún indicio de planificación durante los últimos cinco años. Como y más que la comisionada era para el consejo de Chiamparino, la COVID-19 ciertamente pesó sobre la legislatura que trajo Alberto Cirio y el centroderecha para gobernar la Región. Si hubiera sido objetivamente impensable afrontar la herramienta de planificación junto con la emergencia (que también puso de relieve su insuficiencia), es difícil entender por qué, después del período más oscuro y precisamente a partir de la dramática experiencia, no lo hicieron, al final. al menos, la base del proceso legislativo.

La construcción de servicios de salud, así como las estructuras previstas por el camino obligado hacia la implementación del Pnrr, o incluso la cuestión del personal, han sido y son necesariamente abordados ajustando día a día una ruta que no está trazada y si no ya no corresponde a las necesidades actuales y futuras. Las listas de espera, un problema absolutamente más grave y una prioridad absoluta, son la confirmación de lo importante que es la falta de planificación y de lo necesaria que es a todos los niveles. La gestión de la profesión autónoma en régimen de intramoenia parece cada vez menos conforme con las disposiciones de la ley, con los médicos hospitalarios autorizados por las autoridades sanitarias locales para ejercer en múltiples estructuras privadas externas y con la norma que prevé el reembolso en el caso de reservas que superan el límite fijado por la prescripción, que casi siempre se ignora y no se comunica a los pacientes. Esto, además del incumplimiento de la suspensión de la propia intramoenia en el caso de que las listas de espera alcancen niveles inaceptables, también se ha conseguido porque se ha sustituido una ruta clara por la navegación visual. Por no hablar de los operadores de tokens que, si bien es cierto, representan un problema para todo el país, pero también son hijos ilegítimos y carísimos de la falta de planificación.

Ayer se conoció la noticia de la asistencia brindada, con el envío de algunos gastroenterólogos, por parte delASL Ciudad de Turín al de Biella que ya no podía, por falta de personal, realizar colonoscopias. Pero ante una ASL, como la dirigida por carlo piccoque responde al llamamiento de la dirección regional de salud, otras empresas con aún más médicos, incluidos profesores, hacen oídos sordos.

Una serie de emergencias que deben afrontarse y posiblemente resolverse lo antes posible confirman aún más la necesidad de cambiar el sistema con la misma rapidez con una Región que pueda volver a desempeñar el papel de planificación. Las mismas situaciones sanitarias muy críticas no pueden convertirse en una coartada o una justificación más, sino más bien en un motivo para que la legislatura que votará el 9 de junio a favor de situar el plan social y sanitario como una prioridad absoluta. Más aún teniendo en cuenta las previsiones de reducción del fondo de salud para los próximos años, Piamonte no puede esperar más a que la herramienta aproveche al máximo los recursos, evitando tapar las fugas navegando de vista.

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