Presentación
“Hoy en día mucha, demasiada gente habla de guerra: lamentablemente la retórica bélica vuelve a estar de moda. ¡Esto es malo! Pero mientras se difunden palabras de odio, la gente muere en la brutalidad de los conflictos. Más bien, necesitamos hablar de paz, soñar con la paz, dar creatividad y concreción a las expectativas de paz, que son las verdaderas expectativas de los pueblos y de las personas. Se deben hacer todos los esfuerzos en este sentido, en diálogo con todos”. (Papa Francisco a los participantes en el Primer Coloquio entre el Dicasterio para el Diálogo Interreligioso y el Congreso de Líderes de las Religiones Tradicionales y del Mundo, Roma, 2024)
“Invitamos a todas las personas de fe y de buena voluntad a confiar, con nosotros, en que un mundo diverso, un mundo respetuoso de la tierra viva, un mundo donde todos tengan el pan de cada día y la vida en abundancia, un mundo descolonizado, un mundo más amoroso, Un mundo armonioso, justo y pacífico es posible.” (Del Mensaje Final de la Undécima Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias, Karlsruhe, Alemania, 2022)
«El mundo está atravesado por un número creciente de conflictos que poco a poco están transformando lo que he definido repetidamente como una tercera guerra mundial fragmentada en un conflicto verdaderamente global». Las palabras dirigidas el pasado mes de enero por el Papa Francisco al cuerpo diplomático expresan aprensión ante el actual escenario internacional. De hecho, el nuevo milenio se caracteriza por tres elementos preocupantes: la extensión de los conflictos, el aumento del gasto militar mundial, que se ha duplicado con respecto a los años noventa, alcanzando la cifra récord de más de 2.240 millones de dólares en 2022, y la recuperación gradual del comercio internacional de armas. El clima de inseguridad que se extendió por todo el mundo tras los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, las crisis y conflictos posteriores en las regiones norteafricanas, de Oriente Medio y subsaharianas y la guerra entre Rusia y Ucrania se han convertido en el pretexto para emprender una nueva carrera armamentista.
Incluso en la Unión Europea, creada para fortalecer la cooperación económica y política en el continente con la creencia de que las atrocidades y el sufrimiento de las dos guerras mundiales nunca más deberían repetirse, los “vientos de guerra” soplan cada vez con más fuerza: a los objetivos de Mantener la paz, promover la cooperación internacional, consolidar el Estado de derecho respetando las libertades fundamentales, se superponen demandas encaminadas a “fortalecer el continente”, presiones para “fortalecer la industria de defensa”, presiones para “entrar en una economía de guerra”.
El 18 de mayo se celebrará en Verona la “Arena di Pace 2024”, a la que el Papa Francisco ha invitado a los movimientos populares italianos a dar vida a un gran evento de reflexión sobre la Paz. la conferencia “Alienum a ratione”. Magisterio social, papel de las Iglesias y de la sociedad civil para la promoción de la paz frente a la tercera guerra mundial fragmentada (La Spezia, sábado 27 de abril) se propone como un momento de preparación, análisis en profundidad y discusión multivocal sobre enseñanza social de la Iglesia y sobre el papel de las Iglesias y de la sociedad civil para la promoción de la paz en el actual contexto internacional.
¿Cuáles son las piedras angulares del pensamiento católico y de las Iglesias reformadas ante la guerra? ¿Cuáles son los caminos que indica el camino ecuménico para promover la paz? ¿Es la no violencia sólo una aspiración a cultivar en tiempos de paz o un requisito esencial y una práctica eficaz en los conflictos? En una Europa que toma cada vez más la forma de una fortaleza armada, ¿cuáles son las propuestas del mundo del trabajo para una economía sostenible? Si bien los beneficios de las industrias militares crecen, ¿hay todavía margen para una financiación responsable y desarmada? ¿Y cuáles son las iniciativas de la sociedad civil, nacional e internacional, para la promoción de la paz?
Estas son algunas de las preguntas que los ponentes fueron invitados a responder para ayudarnos a comprender el momento que vivimos y para indicarnos a nosotros y a todas las personas de buena voluntad los puntos clave y las prioridades para convertirnos, juntos, en “artesanos de la paz”.
