De telenovela a serie de televisión así es el cambio de marcha

De telenovela a serie de televisión así es el cambio de marcha
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La diferencia puede parecer sutil, quizás sólo terminológica y ligada a estar al día, pero en realidad se trata de una fuerte transición cultural.

Gilardino se queda, no se queda, firma, no firma… Érase una vez así la clásica telenovela: esos episodios repetitivos que nunca pasaban, que aunque perdieras una semana yendo de vacaciones probablemente te dabas cuenta No había perdido nada. ¿Me amas? ¿Tu no me quieres? ¿Me quieres? ¿Tu no me quieres? ¿Piensas en mi? ¿Pero cuánto piensas de mí? Etcétera.

Ahora hemos pasado a las series de televisión, esas que no te puedes perder ni un segundo, sino no entiendes lo que pasa después porque el escenario ha cambiado radicalmente.

Así es, si se quiere (cit.) para la cuestión de Gila y las renovaciones rossoblù, con el mercado y el futuro en general.

Nunca hemos hablado de la renovación de Gilardino porque hablar de renovación significa que las partes tuvieron que hablar entre sí y esto recién sucedió recientemente. Los 777 trabajan bajo el radar, hablan en el momento adecuado, negocian, cierran y luego lo ponen sobre la mesa para los fanáticos.

La telenovela se lo plantea a quienes, viendo la situación contractual, tienen que escribir algo para empezar a pensar en nombres. Gila es un gran nombre para poner sobre la mesa y todo el mundo ha estado hablando de ello.

Ahora bien, recién ahora es razonable esperar novedades y recién ahora el episodio de Gila está tomando forma y cerrará en breve.

Como otras renovaciones o nombres de mercado: para los 777 llegan de la noche a la mañana y si no tienes cuidado corres el riesgo de perderte algo.

Vitinha tiene un capítulo aparte porque este jugador expresa la medida de la nueva dimensión rossoblù. ¿Cuántos habrían esperado que Griffin negociara -después de haberlo traído a casa en la sesión de enero- la renovación o una posible redención del Sr. ¿30 millones? No es una cifra descabellada para el carro del fútbol, ​​pero sí cifras nunca vistas en los rossoblù.

Medida del tiempo que pasa, que cambia. De las telenovelas pasamos a las series de televisión y de ida y vuelta pasamos a giros que eran posibles en cualquier momento. Desde contárnoslo hasta la concreción de un grupo que invierte en el fútbol y que tiene ideas de muchos años: quien quiera subirse al carro que se suba (y quizás ya sea tarde), quien quiera que se rece por él también puede quedarse el suelo, no hay problema.

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