GdS – Catanzaro, desempate en ataque. Entre Biasci y la pareja de Ambrosino Iemmello

GdS – Catanzaro, desempate en ataque. Entre Biasci y la pareja de Ambrosino Iemmello
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“Catanzaro, una segunda vuelta en ataque. Entre Biasci y Ambrosino, el compañero de Iemmello”, titula el Gaceta del Sur.

Vivarini tiene serias dudas sobre su alineación de cara al partido de mañana por la noche.

¿El anfitrión experimentado que marca goles con regularidad o el joven talento hambriento de goles? Una de las dudas que enfrenta Vivarini es la del delantero para asociarse con Iemmello: ¿es mejor centrarse en Biasci o volver a premiar a Ambrosino?

Es una cuestión que el técnico lleva consigo desde hace unos días, pero si a principios de semana el primero parecía claro favorito porque el segundo había salido maltrecho del partido contra el Cremonese, ahora la papeleta es decididamente más en el balance. Y también intrigante, dado que ambos competidores lucen increíbles. Biasci es el dueño de la casa, en el sentido de que nació y creció en Pisa. Su balance ante los nerazzurri es de siete partidos con tres victorias, otras tantas derrotas, un empate y un gol marcado, cuando vestía la camiseta de Carrarese (9 de noviembre de 2017).

En el pasado se ha definido como un “pisano atípico” y su carrera futbolística seguramente tiene algo que ver con esto: tras el fracaso de los nerazzurri en 2009, completó su formación juvenil con el Allievi y el Primavera de Livorno, un poco como Vaya directamente desde Catanzaro a Cosenza o desde Génova a Samp. “Todavía tengo muchos amigos en la esquina (en la esquina de Pisa, ndr.)”, había subrayado Biasci antes del partido de ida al diario Calabrian Rai: “Cuando marco, nunca puedo controlarme, así que ya veremos qué hago”. Lo haré si tengo éxito.”

Parecía que quería adelantarse pocas horas antes de un partido que Catanzaro habría ganado por 2-0 con Biasci como titular tras los goles marcados en la serie en Cosenza y Palermo (dos de sus diez en el campeonato). Aquel partido de principios de diciembre, sin embargo, habría sido desbloqueado por Ambrosino en la versión “Flash”: apenas habrían transcurrido 33 segundos entre su sustitución del lesionado Iemmello y su primer gol con la camiseta de los Giallorossi. Aquel rasguño de un delantero de pura sangre lo dio con toda la bronca posible alguien que hasta entonces -también por lesión- se había incorporado tarde y lógicamente había recibido pocos espacios.

Una jornada (aún así la cuarta penúltima jornada) y casi cinco meses después Ambrosino ha marcado sólo un gol más, pero su crecimiento ha sido claro y parece sólo cuestión de instantes que empiece a golpear de nuevo. El joven de veinte años, que llegó cedido procedente del Napoli, estuvo entre los mejores jugadores en los éxitos de Cittadella, Cosenza, contra el Bari, en Módena, y de lejos el mejor contra el Cremonese (hasta que fue eliminado por un maltrato en el tobillo de un adversario).

En definitiva, lleva dos meses cuestionando las jerarquías del departamento y con ello también ha aumentado el hambre de su compañero. Biasci y Ambrosino tienen características diferentes, pueden jugar juntos fácilmente, pero mañana por la noche, al menos al principio, uno vigilará al otro desde el banquillo: Catanzaro sacará recursos de él en cualquier caso. […].

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