La emergencia inmobiliaria sigue siendo un tema de actualidad, especialmente en destinos con un fuerte carácter turístico como Rímini, donde los alquileres en la franja costera se disparan en verano. Esta es la situación que denuncia la Cáritas diocesana.
En una situación normal, Rímini tiene alquileres importantes. En verano, las familias y trabajadores que viven en residencias a lo largo de la costa se ven obligados a hacer las maletas porque, con la llegada de los turistas, los precios se disparan. Una situación denunciada por Cáritas diocesana, por lo que ya se trata de una emergencia.
“Estamos preocupados porque aquellas personas que durante el período otoño-invierno encontraron un lugar en una residencia o una habitación de hotel, ahora tienen que lidiar con alquileres que los dejan en la calle”, explica Mario Galasso, director de Cáritas diocesana de Rímini.
¿Qué pasa entonces con estas familias?
“La gente migra, duerme en la calle, busca todos los refugios posibles y vemos que lamentablemente las temperaturas han bajado mucho estos días. Por eso el llamamiento que queremos hacer a quienes tienen pisos vacíos es que se pongan en contacto con nosotros, para ver qué garantías podemos dar como Cáritas para ayudar a los particulares a abrir sus puertas”.
Ante la falta de ingresos de ciudadanía para muchas familias, ¿ha notado las dificultades de las familias para afrontar el alquiler?
“Estamos viendo el regreso de personas que, gracias a los ingresos de la ciudadanía, habían encontrado un equilibrio, aunque sea ligero. Ahora no pueden más y han vuelto a llamar a nuestras puertas”.
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