Durante el control, los agentes descubrieron, al examinar los datos almacenados en el tacógrafo digital, numerosas anomalías atribuibles a una probable manipulación del sensor de movimiento.
Posteriormente, los agentes llevaron el pesado vehículo a un taller, donde se confirmó la manipulación. Ubicado en el interior de la cabina, el dispositivo de alteración permitió simular una actividad diferente del vehículo.
Se le retiró el permiso de conducir a efectos de suspensión y se le impuso una multa de 1.732 euros. Se incautaron los equipos utilizados para alterar el funcionamiento del tacógrafo. Además, se instaló un nuevo tacógrafo, a expensas del propio transportista.
El control del tráfico rodado intenso es una actividad esencial para garantizar la seguridad en las carreteras.