por ANTONIO PALADINO – En las sinuosas y pintorescas calles del interior de Sicilia, se desarrolla una apasionante historia de hombres y mujeres, pilotos y pasajeros, unidos por una sed incontenible de escapar del frenesí de la ciudad. El turismo en motocicleta no es sólo una pasión, sino un vehículo para explorar lugares encantados, saborear delicias culinarias y redescubrir las tradiciones y la historia milenaria de Sicilia.
Un domingo típico comienza con la salida de Palermo y una breve parada en Bolognetta para tomar un café regenerador y reunir a participantes de diferentes destinos. Continuando por caminos panorámicos se llega al Castillo Beccadelli de Marineo y a su museo etnoantropológico, testigos mudos de un pasado lleno de encanto y misterio.
El camino serpentea entre campos y bosques, impregnado del aroma de la primavera, hasta llegar a Corleone, siempre calurosamente acogida por sus habitantes. La Iglesia de Sant’Agostino, con su Madonna della Mazza e del Soccorso, encanta a los visitantes, mientras que el antiguo Ospedale dei Bianchi cuenta historias de devoción y cuidado.
El itinerario continúa hacia el Busambra Agriturismo, un oasis ubicado en el anfiteatro natural de la fortaleza del mismo nombre. La bienvenida es un festín para los sentidos, con una copa de prosecco acompañando el delicioso pan de nueces, enriquecido con aceite de oliva virgen extra producido in situ. Los platos que siguen son un viaje sensorial al verdadero territorio de Ficuzza, una sinfonía de sabores y aromas que sólo el corazón de Sicilia puede ofrecer.
La jornada culmina con la emotiva bendición del grupo “Eliche del Sud Palermo”, liderado con maestría por Tiziana Orlando y Rosario Prestigiacomo. Las emociones vividas se mezclan con el asombro ante el pabellón de caza de Fernando III de Borbón y las tiendas de artesanos que salpican la Piazza Col. Russo en el pueblo de Ficuzza.
En este viaje, el mototurismo no es sólo un medio de transporte, sino un puente entre el conocimiento y el olvido, la cultura y la ignorancia. Contribuye activamente a la economía local, apoyando el agroturismo y los pequeños artesanos, y ofreciendo oportunidades laborales a jóvenes valientes.
Al final del día lo que queda son las sonrisas inmortalizadas en fotografías y los recuerdos de una amistad sincera. Gracias Sicilia, gracias “Eliche del Sud Palermo”.
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