Es la sala VIP de ITA Airways ubicada en el entresuelo de la Terminal A de Roma Fiumicino en la parte no Schengen. Se llama Hangar Lounge y se puede llegar a él mediante escaleras convencionales, ascensores o escaleras mecánicas.
Es un espacio creado para quienes salen en su vuelo desde Roma Fiumicino y tienen derecho a acceder a él, o están en tránsito desde un aeropuerto de la red de ITA Airways, ya sea nacional a internacional o intercontinental. O viceversa. Se permite el acceso a quienes tengan un boleto en clase ejecutiva, alternativamente tengan un estatus para poder ingresar con tarjetas premium y ejecutivas del programa Volare o similares de otras aerolíneas que hayan celebrado acuerdos con la aerolínea italiana. También existe la posibilidad de acceder con un bono o comprando la entrada.
Las líneas son muy modernas y utilizan mucho acero y vidrio, tal como lo exigen los estándares mínimos actuales. En la entrada, tras realizar el check-in en el mostrador con unas azafatas muy amables, se puede ver la pared de joysticks y monitores que introducen al cliente en una mezcla del entorno aeronáutico de ayer y de hoy.
A la derecha, una sencilla pared gris con monitores con información sobre los vuelos de salida y un reloj analógico gigante.
A la izquierda, en el espacio abierto, se encuentran sillones cómodos y gigantes o con espacios menos apartados y asientos para descansar, todos compartiendo el diseño italiano ultramoderno, el confort y la calidad de los materiales utilizados, así como la combinación y elección de colores.
En el hangar lounge hay una zona de bar en isla con asientos en el mostrador, donde la oferta tanto de comida como de bebidas es muy atribuible al gusto italiano. Quienes trabajan en el negocio de la restauración son muy profesionales y amables.
Todas las tecnologías para quienes también tienen que trabajar están disponibles para quienes pueden aprovechar una parada corta o más larga para continuar con sus necesidades laborales.
Hangar Lounge es sin duda un ejemplo moderno del concepto de hospitalidad italiana. No es especialmente luminoso, porque quiere dar al cliente un ambiente relajante, más que una gran cantidad de luz que le haría perder esa filosofía donde la tranquilidad y los tonos suaves son algo que mejora la calidad del viaje y aliviana la carga creada. especialmente en viajes largos o en un despertar en mitad de la noche.
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