Sergio Rubini en el NOA de Massa

Continúa la temporada solidaria de la asociación “Donantes de Música” en el hospital Apuane de Massa.

Ayer en la sala multiconfesional del NOA le tocó el turno a otro gran artista, el extraordinario actor y director Sergio Rubini quien, “entrevistado” por el director de Oncología Andrea Mambrinicontó episodios de su larga y extraordinaria carrera cinematográfica y teatral y también de su vida privada, en un divertido digresión que duró aproximadamente una hora y provocó aplausos y sonrisas del público presente.

Rubini comenzó agradeciendo al doctor Mambrini, a quien conoce y aprecia desde hace tiempo, y destacó que venir a un hospital e interactuar con los pacientes representa un enriquecimiento: “robas” un poco de humanidad en un lugar donde se respira el verdadero significado. de vida.

Luego precisó que hace unos días terminó el rodaje de la miniserie del evento “Giacomo Leopardi – Vida y amores del poeta”, que cuenta la historia humana e histórica del gran poeta de Recanati y que próximamente será transmitida por Rai 1.

Rubini anunció un retrato de Leopardi sin precedentes, aunque históricamente coherente. ¿Estaba dolorido y triste? Detrás de la imagen canónica, muy melancólica, se vislumbra otra, escondida, completamente diferente, caracterizada por una vitalidad explosiva, porque el amor incontenible por la vida es el motor que impulsa su poética; y su pesimismo es el resultado de una búsqueda constante de la felicidad negada por un universo incomprensible y sordo a los deseos de los hombres. Su Leopardi es, pues, un hombre joven, enamorado de la vida, irónico y… sin joroba. Una nueva visión, también para acercar a las personas y en particular a los jóvenes a este gran intelectual y ofrecer elementos de reflexión en una sociedad en la que faltan profesores y verdaderos puntos de referencia.

El guión fue escrito por Rubini junto con su esposa Carla Cavalluzzi, como ha ocurrido con todas sus últimas películas. Y el director y actor de Apulia también contó su historia de amor con Carla (también presente en el hospital de Apuane) con quien comparte las mismas pasiones, así como el lugar de origen, ya que ambos nacieron en Grumo Appula, en provincia de Bari Llevan 25 años juntos y son muy unidos, también gracias al trabajo.

También habló de la importancia de la ironía y la desenfado: hacer reír es lo más difícil (ni siquiera la inteligencia artificial puede hacerlo) pero nos ayuda en los momentos difíciles.

Después de un elogio a la locura (buscar algo que “pulse”) y la normalidad (“un privilegio como me enseñaron grandes artistas como Federico Fellini”), Rubini relató la compleja realización de la película de Mel Gibson de 2004 “La Pasión de Cristo”, filmada en Matera, no lejos de su casa, en la que interpretó el papel del buen ladrón. Reveló que había entrado en conflicto con la “religiosidad un poco demasiado casual” del director y actor estadounidense y compartió algunas anécdotas que arrancaron sonrisas a los espectadores: el actor Jim Caviezel, que interpretó a Jesús, se metió tanto en el papel que bendijo los niños que conoció en la calle; el frío doloroso de noviembre en Matera colgado de una cruz con sólo un taparrabos, el deseo obsesivo de Gibson de reconstruirlo todo perfectamente (“Todo tenía que ser real, lo único que faltaban eran los clavos reales”), el maniquí con el que representaba a Jesús como Es cierto que lo confundieron con Caviezel, el hecho de que los actores siempre tenían que estar listos y maquillados todos los días sin importar la escena que se hubiera filmado, un clima místico que se generó en el set con supuestas apariciones y conversiones. En definitiva, cosas locas, muy pesadas -ligadas también a las diferencias entre el cine europeo y americano- a las que Rubini simplemente no supo adaptarse.

A continuación habló de “El caso Jekyll”, el nuevo espectáculo teatral que firma como director y autor, nuevamente junto a Carla Cavalluzzi. Una adaptación libre de la novela de Stevenson “El extraño caso del Dr. Jekyll y el Sr. Hyde” en la que, entre otras cosas, se subraya cómo -dentro del tema del doble que habita en cada uno de nosotros- tiene plena dignidad también experimentar nuestro lado oscuro (“Lo más valioso de nosotros no es lo que hemos hecho sino lo que nos hubiera gustado hacer”).

Finalmente, se entregó de buen grado por las fotos y también por algunos agradables intercambios con los pacientes, sus familias y los agentes sanitarios del Oncología Apuana, que apreciaron mucho su sensibilidad y su humor educado y divertido. A continuación, el director del centro de Oncología Mambrini le agradeció su disponibilidad y generosidad.

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